Eclesial

Los Equipos Docentes de Colombia, regional Bogotá, Promovemos la formación teológica laical y la práctica de la fé crítica que emanan de una experiencia de compromiso y trabajo con y por los empobrecidos, de denuncia ante el hambre y la injusticia., aportando elementos de fermentación de una conciencia crítica del mundo, del sistema, de la educación. Trabajamos por una iglesia con cara mestiza, indígena, negra, la iglesia con Rostro humano, con inserción significativa en los sectores cristianos más pobres, y por lo tanto en el pueblo, a través de las comunidades eclesiales de base y un compromiso de fe liberadora

IGLESIA E INCAPACIDAD  
AUTOR:ALVARO MOLINA C
 (EQUIPOS DOCENTES DEL QUINDIO)

Teología hecha por mujeres a partir de la feminidad

2013-11-07


El Papa Francisco ha dicho que necesitamos una teología más profunda sobre la mujer y su misión en el mundo y en la Iglesia. Es cierto, pero él no puede desconocer que hoy existe amplia literatura teológica de la mejor calidad, hecha por mujeres en la perspectiva de las mujeres, lo que ha enriquecido enormemente nuestra experiencia de Dios. Yo mismo me he dedicado intensamente al tema, y terminé escribiendo dos libros, El rostro materno de Dios (1989) y Femenino-Masculino (2010), este último en colaboración con la feminista Rosemarie Muraro. Entre tantas de la actualidad, he decidido traer al presente a dos grandes teólogas del pasado verdaderamente innovadoras: Santa Hildegarda de Bingen (1098-1179) y Santa Juliana de Norwich (1342-1416).
Santa Hildegarda de Bingen (1098-1179), considerada quizás la primera feminista dentro de la Iglesia, fue una mujer genial y extraordinaria no sólo para su tiempo, sino para todos los tiempos. Fue monja benedictina y maestra (abadesa) de su convento Rupertsberg de Bingen en el Rhin, profetisa (profetessa germanica), mística, teóloga, predicadora ardiente, compositora, poeta, naturalista, médica informal, dramaturga y escritora alemana.

Es un misterio para sus biógrafos y estudiosos cómo esta mujer pudo ser todo eso en el estrecho y machista mundo medieval. En todos los ámbitos en los que actuó reveló excelencia y enorme creatividad. Muchas son sus obras, místicas, poéticas, sobre ciencia natural y sobre música. La más importante y leída hasta hoy es Scivias Domini (Conoce los caminos del Señor). 

Hildegarda era sobre todo una mujer dotada de visiones divinas. En un relato autobiográfico, dice: “Cuando yo tenía cuarenta y dos años y siete meses, los cielos se abrieron y una luz cegadora de brillo excepcional fluyó hacia dentro de mi cerebro. Y luego quemó todo mi corazón y el pecho como una llama, no quemando, sino calentando... y súbitamente comprendí el significado de las exposiciones de los libros, es decir, de los Salmos, los Evangelios y los otros libros católicos del Antiguo y del Nuevo Testamento” (véase el texto en Wikipedia, Hildegarda de Bingen, con excelente texto y bibliografía). 

Es sorprendente cómo tenía conocimientos de cosmología, de plantas medicinales, de la física de los cuerpos y de la historia de la humanidad. La teología habla de la «ciencia infusa» como un don del Espíritu Santo. Hildegarda fue distinguida con ese don. 

Desarrolló una visión curiosamente holística, enlazando siempre al ser humano con la naturaleza y el cosmos. En este contexto habla del Espíritu Santo como la energía que da viriditas a todas las cosas. Viriditas viene de verde, significa el verdor y la frescura que caracteriza a todas las cosas penetradas por el Espíritu Santo. A veces habla de la «dulzura inconmensurable del Espíritu Santo que con su gracia envuelve a todas las criaturas» (Flanagan, Hildegard of Bingen, 1998, 53). Desarrolló una imagen humanizadora de Dios pues Él rige el universo «con poder y suavidad» (mit Macht und Milde) acompañando a todos los seres con su mano cuidadosa y su mirada amorosa (cf. Fierro, N., Hildegarda of Bingen and her vision of the Feminine, 1994, 187).
Fue especialmente conocida por los métodos medicinales que desarrolló, seguidos en Austria y Alemania por algunos médicos hasta el día de hoy. Revela un conocimiento sorprendente del cuerpo humano y de qué principios activos de las hierbas medicinales son apropiados para las distintas enfermedades. Su canonización fue ratificada por Benedicto XVI en 2012. 

Otra mujer notable fue Juliana de Norwich, en Inglaterra (1342-1416). Poco se sabe de su vida, si era una religiosa o una viuda laica. Lo cierto es que vivía recluida en un recinto amurallado de la iglesia de san Julián. Al cumplir 30 años tuvo una grave enfermedad que la llevó casi a la muerte. En un momento dado, tuvo durante cinco horas visiones de Jesucristo. Escribió inmediatamente un resumen de sus visiones. Y veinte años más tarde, después de haber pensado mucho sobre el significado de esas visiones, escribió una versión larga y definitiva Revelations of Divine Love (Revelaciones del Amor Divino, Londres 1952). Es el primer texto escrito por una mujer en inglés. 

Sus revelaciones son sorprendentes porque están llenas de un inquebrantable optimismo, que nace del amor de Dios. Habla del amor como alegría y compasión. No entiende, como era creencia popular en la época y aún hoy en algunos grupos, las enfermedades como castigo de Dios. Para ella, las enfermedades y las pestes son oportunidades para conocer a Dios. 

Ve el pecado como una especie de pedagogía mediante la cual Dios nos exige conocernos a nosotros mismos y buscar su misericordia. Dice más: detrás de lo que llamamos infierno hay una realidad más grande, siempre victoriosa, que es el amor de Dios. 

Porque Jesús es misericordioso y compasivo es nuestra querida madre. Dios mismo es Padre misericordioso y Madre de infinita bondad (Revelaciones, 119). 

Sólo una mujer puede usar este lenguaje de amorosidad y compasión y llamar a Dios Madre de infinita bondad. Así vemos una vez más como la voz femenina es importante para tener una concepción no patriarcal y por eso más completa de Dios y del Espíritu que recorre toda la vida y el universo. 

Muchas otras mujeres podrían mencionarse aquí, como Santa Teresa de Ávila (1515-1582), Simone Weil (1909-1943), Madeleine Delbrêl (1904-1964), la Madre Teresa, y entre nosotros, Ivone Gebara y Maria Clara Bingemer, que pensaron y piensan la fe a partir de su ser femenino. Y siguen enriqueciéndonos.           

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Eucaristía por el Día del Maestro
6 de Julio de 2013
Perú


Homilía
P. Juan Dumont Chauffour

Queridas amigas educadoras, queridos amigos educadores:

¿Qué pasa en el magisterio?... ¿Qué pasa en nuestra educación?... ¡Los motivos de esperanza parecen raros como el sol de julio en Lima!... ¡pobrecita esperanza, siempre maltratada!...

¿Una vez más vamos a retomar el formidable capítulo 37 del Profeta Ezequiel, la visión del cementerio, lleno de huesos secos?

“¿Crees tú que estos huesos pueden volver a tener vida?”– dice Dios, y Ezequiel contesta: “Señor, solo tú lo sabes” (v.3)… El pueblo es como estos huesos. Anda diciendo: “Nuestros huesos están secos; nuestra esperanza ha muerto” (v. 11) – constata Dios -.

Y si miro todo el pueblo: violencia en cualquier lugar; corrupción de arriba hasta abajo… ¿Y la justicia?... ¿Y el trabajo?... ¿Y la salud?... ¿Y la educación?... Hace pocas semanas fui al cementerio de Ezequiel, en San Juan de Lurigancho, el cementerio de los pobres, a enterrar a un muchacho de 21 años, Jonatán, analfabeto, súper inteligente; ni criado ni educado; drogadicto; tres veces empezó su tratamiento  tres veces lo dejó… Me decía: “Mi vida no vale nada; si me sano ¿qué haré?”… No logré comunicarle un poco de luz… Quien nunca fue amado, quien nunca se amó ¿puede vivir?... Lo bauticé, hizo su Primera Comunión… antes de morir me pidió perdón… Si lo hizo ¿no sería porque se había descubierto amado?... Para mí es una evidencia: el mal amado, el no-amado ha entrado en Dios-Amor… y ahora sigo hablándole… En el entierro un primo suyo pidió perdón por los daños que hizo Jonatán, pidió a los jóvenes que cambien de camino… y el hermano menor (20 años) que busqué internar en un centro de rehabilitación, porque me lo pidió, pero que se salió (¿fracaso?) había llevado al cementerio al perro del muerto (el muchacho y el perro se amaban)… ¿Ese no es un rayito de sol en el julio de Lima?... ¡Gracias, muchacho!... ¡Gracias, perrito!... ¡Gracias, Jonatán!

.*.*.*.
El 15 de mayo, en una entrevista de “La República”, a la pregunta: “¿Cómo le gustaría que recuerden su gestión?” la Ministra de Educación respondió: “Que recuerden que los chicos están aprendiendo más, con profesores que se reconciliaron con la sociedad, y con una sociedad que se reconcilió con los maestros…”

•    Los maestros –no todos- no se aman a sí mismos… ¿Cómo va a ser fácil que se amen si miran su mismo sueldo, aunque algo mejorado, su formación deficiente, su dificultad para actualizarse; si llega a ellos, a través de todos los medios audiovisuales el impacto de todo lo que pasa en la calle, el impacto pernicioso de la “sociedad de consumo”… Están en el centro de un cambio de civilización ¿cómo transmitirán a los jóvenes lo que no debe perderse?... ¿Qué proponerles para que se no dejen aplastar, marginalizar, sentirse inútiles?

“Talitha kumi”, maestro, maestra… “Talitha kumi”, todo el magisterio… los jóvenes, los maduros, los contratados y nombrados, los cesantes y jubilados, los directores, los empleados de las UGELes, etc… ¡Tú estás en un nudo de la historia… y eres actor en el futuro del pueblo!... ¡Tú eres mejor de lo que te imaginas!... Y si vives coherentemente… ¡serás indispensable en la sociedad… en la educación!

Asamblea: ¡Talitha kumi, maestro, maestra!... ¡Levántate, Magisterio!
(cantado:)    “¡Arriésgate, arriésgate, arriésgate, sin vacilar!
 ¡Arriésgate, arriésgate, arriésgate, hay algo más!”

•    Los maestros –no todos- no se aman entre ellos… ¡Cuántas veces he dicho: “El magisterio es un espejo roto”… Pero ahora digo: “Es un campo de combate”… Unos están en tal facción partidaria; otros en tales facciones violentistas… ¡Qué triste! No hemos aprendido nada de la Historia… Hay una masa de maestros individualistas, indiferentes, pasivos, buscando la “chamba” en dónde sea… No hay clima de paz, de búsqueda de unión, a tal punto que cuando no pasa nada se pregunta uno: “¿Qué se prepara?”… No quiero juzgar, pero un signo evidente de eso es la permanencia de los dos Colegios de Profesores… ¡Me da vergüenza… y debería darnos vergüenza a todos!

•    ¡Talitha kumi!... ¡Levántate, magisterio!... Encontraremos la unidad sincera, no la “unidad estratégica” (yo fui víctima de ella a propósito del Colegio)… ¡Sí, podemos levantarnos!... ¡Porque lo tenemos, porque lo hemos trabajado!... ¿De qué se trata? ¡Del Proyecto Educativo Nacional, por supuesto perfectible, que debería movilizar a todos!... si juntos no caemos presos del proyecto del FMI, a quien obedece demasiado el Ministerio de Economía (¡Qué crueles los cortes al presupuesto de educación!)… Ese Proyecto Educativo, unirá a los maestros entre ellos porque es un proyecto para la educación del pueblo; nos ayudará a unirnos a cultivarnos juntos en capacitaciones, en grupos pedagógicos, evaluaciones justas, etc… Y el pueblo, a través de eso creerá de nuevo en la escuela del pueblo y en el magisterio… ¡Lo veo en mi sector, donde las Instituciones educativas de Inicial, de primaria están creciendo!

“Talitha kumi”, ¡Levántate, magisterio del pueblo!... ¡Levántense organizaciones del magisterio… ¡Levántate escuela del pueblo!

Asamblea: ¡Talitha kumi, maestro, maestra!... ¡Levántate, Magisterio!
(cantado:)    “¡Arriésgate, arriésgate, arriésgate, sin vacilar!
 ¡Arriésgate, arriésgate, arriésgate, hay algo más!”
.*.*.*.

•    La Ministra dice: una sociedad reconciliada con los maestros… y los maestros reconciliados con la sociedad…

Yo diría primero: “Maestros reconciliados con el Ministerio de Educación y el Ministerio de Educación reconciliado con los maestros”… Pasa algo inaudito, trágico… En nuestra historia hemos tenido unos ministros brutos, analfabetos, quizá corruptos… (¿Se acuerdan del que nos trató de “burros”?... A mí no me importa, amo a los burros, sabios, cabeza dura, libres… y cargaron a Balaam, a David y a Cristo… Nosotros cargamos a los niños, rostros de Cristo… Por eso somos “burros de Cristo”).

Sigo: tenemos en el Ministerio a gente muy formada intelectualmente, pedagógicamente, muy honesta, etc…. pero que heredaron novedades ambiguas, que pueden ser divisionistas… (Por ejemplo, la Carrera Pública Magisterial)… En las decisiones quizá ha faltado pedagogía: ¿Por qué poner en el primer nivel a tal parte del magisterio?... ¡Es humillante!... Provocó anticuerpos… Asimismo, la despedida a los docentes de 65 años no fue de lo más delicada, ni pedagógica; en pleno año escolar, sin agradecimiento… Pienso también en los contratados: más de una vez son maltratados, no solo por las instancias administrativas sino por sus mismos colegas… La Ley los mantiene marginados del magisterio… Quizá falta arriba un buen maestro de primaria, bien plantado en la realidad, lleno de sentido común para decir: “¡Cuidado, aquí hay trampas!... ¡Acá hay peligros!”…

Los maestros son sensibles… Me parece que los intermediarios, desde los de arriba hasta los de abajo, podrían ser menos burocráticos, más humanos, más hermanos…Habrá que ver también si no hay gente enquistada de arriba hasta abajo, que podríamos invitar a dejar el barco de la educación, antes que lo hundan.

“Talitha kumi”, ¡Levántense, Ministerio de Educación y magisterio, y únanse en el servicio de la educación de los pobres!

Asamblea: ¡Talitha kumi, maestro, maestra!... ¡Levántate, Magisterio!
(cantado:)    “¡Arriésgate, arriésgate, arriésgate, sin vacilar!
 ¡Arriésgate, arriésgate, arriésgate, hay algo más!”
.*.*.*.*.

•    La Ministra de Educación habló de la sociedad, pero ¿de qué sociedad?... Me acuerdo bien del pueblo que inició su marcha en el Parque del Maestro, de Caja de Agua, para pedir la revocatoria de un alcalde (el 20 de junio pasado)… Me parece que no es el mismo pueblo que en otros sectores de Lima… Es el pueblo unido al de Celendín, Bambamarca, Cajamarca, Bagua Grande, Indiana, Puno, Ayacucho, etc.… pueblo sufriente… el pueblo-pueblo… nuestro pueblo, que queremos unir con fraternidad, con justicia, a todo el pueblo…

En una sociedad en construcción hay riquezas enormes, hay educadores populares, educadores de la calle, municipios activos, como la “Lima Educadora”… Hay quienes siembran árboles en el Cerro El Pino… Hay el trabajo del Padre Chiqui… y de cuántos otros hombres y mujeres de iglesias diversas, de policías, de gente de buena voluntad… de padres y madres de familia que quieren educar con nosotros; de jóvenes reflexivos y activos como los valientes estudiantes chilenos…

¡Maestros, maestras!... ¡No tengan miedo!... Si hay comunicación, si hay comunión, juntos construiremos una sociedad educadora. Y tendremos una dignidad nueva… Y nuestros jóvenes serán más humanos, serán más a imagen y semejanza de Dios; más divinos, como dice el bello poema del Génesis (1, 26-28) y el Salmo 8… Y la humanidad será una humanidad más fraterna, divina… Y nosotros seremos artesanos, artesanas de eso… Yo sueño con un magisterio mundialmente unido por ese servicio… ¿Ya está gestándose, gracias  a nosotros?... Si todos los educadores del mundo nos diéramos la mano, el mundo sería fraternidad.

•    Y, como el Papa está de moda, leo lo que dijo Francisco a los alumnos de los jesuitas  de Italia y Albania… ¡Bonito!

"Educar no es una profesión, sino una actitud, una forma de ser; para educar es necesario salir de sí mismos y estar entre los jóvenes, para acompañarlos en las etapas de crecimiento, estando a su lado. “Denles a los jóvenes esperanza, optimismo para afrontar su camino en el mundo. Enséñenles a ver la belleza y la bondad de la creación y del hombre, que siempre conserva la huella del Creador. Pero sobre todo den testimonio con su vida de lo que les comunican…

Un educador - Jesuita, profesor, operador, padre - transmite conocimientos, valores con sus palabras, pero va a ser determinante con los niños si acompaña sus palabras con su testimonio con su vida coherente. ¡Sin coherencia no es posible educar! Todos ustedes son educadores, no pueden delegar competencias en esta materia. La colaboración en un espíritu de unidad y comunidad entre los diferentes componentes educativos es, pues, esencial y debe ser alentada y alimentada. La escuela puede y debe actuar como catalizador, para ser un lugar de encuentro y de convergencia de toda la comunidad educativa con el único objetivo de formar, ayudar a crecer como personas maduras, simples, honestas y competentes, que sepan amar con lealtad, que sepan vivir la vida como una respuesta a la vocación de Dios, y la futura profesión como un servicio a la sociedad
"

“Talitha kumi”, ¡Levántense, maestros, educadores del pueblo, Ministerio de Educación, Sociedad, Iglesias… ¡Algo nuevo está naciendo!

Asamblea: ¡Talitha kumi, maestro, maestra!... ¡Levántate, Magisterio!
(cantado:)  

¡ALGO NUEVO ESTA NACIENDO Y EN MI PUEBLO ESTA LATIENDO
ALGO NUEVO ESTA NACIENDO CON NOSOTROS VA SUBIENDO
ALGO NUEVO ESTA NACIENDO, CON LOS POBRES VA CRECIENDO!


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Boff: Cómo se formó el poder monárquico-absolutista de los papas

Por Leonardo Boff
 
Escribíamos anteriormente en estas páginas que la crisis de la Iglesia-institución-jerarquía radica en la absoluta concentración de poder en la persona del papa, poder ejercido de forma absolutista, distanciado de cualquier participación de los cristianos, creando obstáculos prácticamente insuperables para el diálogo ecuménico con las otras Iglesias.

Al principio, no fue así. La Iglesia era una comunidad fraternal. Aún no existía la figura del papa. Quien dirigía la Iglesia era el Emperador, pues él era el Sumo Pontífice (Pontifex Maximus) y no el obispo de Roma ni el de Constantinopla, las dos capitales del Imperio. Así el Emperador Constantino convocó el primer concilio ecuménico de Nicea (325) para decidir el principio de la divinidad de Cristo. Todavía en el siglo VI el Emperador Justiniano, que rehízo la unión de las dos partes del Imperio, la de Occidente y la de Oriente, reclamó para sí el primado de derecho y no el de obispo de Roma. Sin embargo, por el hecho de estar en Roma las sepulturas de Pedro y de Pablo, la Iglesia romana gozaba de especial prestigio, así como su obispo, que ante los otros tenía la “presidencia en el amor” y “ejercía el servicio de Pedro”, el de “confirmar en la fe”, no la supremacía de Pedro en el mando.

Todo cambió con el papa León I (440-461), un gran jurista y hombre de Estado. Él copió la forma romana de poder que es el absolutismo y el autoritarismo del Emperador. Comenzó a interpretar en términos estrictamente jurídicos los tres textos del Nuevo Testamento que hacían referencia a Pedro: Pedro como piedra sobre la cual se construiría la Iglesia (Mt 16,18), Pedro, el confirmador en la fe (Lc 22,32) y Pedro como Pastor que debe velar por sus ovejas (Jn 21,15). 

El sentido bíblico y jesuánico va en dirección totalmente contraria: la del amor, el servicio y la renuncia a toda supremacía. Pero hubo el predominio de la lectura del derecho romano absolutista. Consecuentemente, León I asumió el título de Sumo Pontífice y de Papa en sentido propio. Después, los demás papas comenzaron a usar las insignias y la indumentaria imperial (la púrpura), la mitra, el trono dorado, el báculo, las estolas, el palio, la cobertura de los hombros, la formación de los palacios con su corte y se introdujeron hábitos palaciegos que perduran hasta los días actuales en los cardenales y en los obispos, cosa que escandaliza a muchos cristianos que leen en los evangelios que Jesús era un obrero pobre y sin suntuosidad. Entonces empezó a quedar claro que los jerarcas están más próximos al palacio de Herodes que a la gruta de Belén.

Pero hay un fenómeno de difícil comprensión para nosotros: en el afán por legitimar esta transformación y garantizar el poder absoluto del papa, se forjaron una serie de documentos falsos. Primero, una supuesta carta del papa Clemente (+96), sucesor de Pedro en Roma, dirigida a Santiago, hermano del Señor, el gran pastor de Jerusalén, en la cual decía que Pedro antes de morir había determinado que él, Clemente, sería el único y legítimo sucesor. Y, evidentemente, los demás que vendrían después. Falsificación todavía mayor fue la famosa Donación de Constantino, un documento forjado en la época de León I, según el cual Constantino habría dado al papa de Roma como donación todo el Imperio Romano. Más tarde, en las disputas con los reyes francos, se creó otra gran falsificación, las Pseudodecretales de Isidoro que reunían falsos documentos y cartas como si provinieran de los primeros siglos, que reforzaban el primado jurídico del papa de Roma. Y todo culminó con el Código de Graciano en el siglo XIII, considerado como base del derecho canónico, pero que se basaba en falsificaciones y normas que reforzaban el poder central de Roma, además de en otros cánones verdaderos que circulaban por las iglesias.

Lógicamente, todo esto fue desenmascarado más tarde, pero sin producir modificación alguna en el absolutismo de los papas. Pero es lamentable y un cristiano adulto debe conocer los artificios usados y concebidos para gestar un poder que son contrarios a los ideales de Jesús y que oscurece el fascinante mensaje cristiano, portador de un nuevo tipo de ejercicio del poder, servicial y participativo.

Posteriormente se produjo una gradación del poder de los papas: Gregorio VII (+1085) en su Dictatus Papae (la dictadura del papa) se proclamó señor absoluto de la Iglesia y del mundo; Inocencio III(+1216) se anunció como vicario-representante de Cristo y finalmente, Inocencio IV (+1254) se instituyó como representante de Dios. Como tal, bajo Pío IX en 1870, el papa fue proclamado infalible en el campo de doctrina y moral. 

Curiosamente, todos estos excesos nunca han sido denunciados ni corregidos por la Iglesia jerárquica. Siguen sirviendo, para escándalo de los que aún creen en el Nazareno pobre, humilde artesano y campesino mediterráneo, perseguido, ejecutado en la cruz y resucitado para levantarse contra toda búsqueda de poder y más poder aun dentro de la Iglesia. Esa comprensión comete un olvido imperdonable: los verdaderos vicarios-representantes de Cristo, según el evangelio de Jesús (Mt 25,45) son los pobres, los sedientos y los hambrientos.

FUENTE:http://www.telesurtv.net/articulos/2013/02/13/a-que-no-renuncio-benedicto-xvi-2380.html

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 aporte a la coyuntura en la dimensión eclesial

A qué no renunció Benedicto XVI?

Por Francisco Herman Bosch
“Que el papa se transforme en batata y lo coma quien tenga hambre”
Adrian Berra, Sigue

Ciudad del Vaticano, 11 de febrero del 2013, en una reunión que a casi nadie le interesa se da una noticia que parece sorprender a todo el mundo: el Papa Benedicto XVI renuncia a su ministerio de Obispo de Roma y máximo jerarca de la iglesia Católica.

Las repercusiones no se hacen esperar: sus colegas jefes de estado, hablan de sorpresa y de “decisión respetable”, sus subordinados obispos en la Iglesia católica se denominan “huérfanos” (¿los cuervos saben lo que es la orfandad?), etcétera, etcétera, etcétera…

Los medios masivos de desinformación hablan a cada momento de “decisión histórica”. Realmente la medida tiene precedentes hace más de 600 años, pero en un contexto mucho más frágil del papado. La decisión, si es medida por la vara de sus antecesores papas, es una medida “histórica”. Aunque reniego de utilizar el término, quizás porque la medida cristiana para ver si un paso es histórico es acercarse al Dios hecho historia, en el carpintero de Galilea… de esa historia, está muy lejos la jerarquía de la Iglesia Católica.

Estos días la desinformación girará en torno a ¿Por qué renunció el Papa? Ratzinger, un hombre de libros, ha calculado el paso y las razones: dijo estar limitado por la fuerza y la salud. Igualmente el porqué no nos interesa tanto. La pregunta central que tenemos es, ¿A qué renunció Ratzinger?

La primera respuesta es clara: renuncio al ministerio que se le ha encomendado como obispo de Roma (suelta el timón de la barca). Y este suceso tiene día y hora fijado: el 28 de febrero a las 10:00 el cardenal Ratzinger dejará de ser el Papa.

La pregunta se pone más interesante si se realiza en negativo, ¿A qué no renuncia Benedicto XVI?

Y la respuesta vuelve a ser, a mi entender, contundente: Ratzinger deja el cargo, habiéndose asegurado que el modelo de Iglesia que cimento Juan Pablo II, fue canonizado junto a su persona y permanecerá en el tiempo. Ratzinger deja “su ministerio”, pero no renuncia a su modelo eclesial: la estructura institucional de una “iglesia” del poder (el poder sagrado que hizo posible la aberración estructural de esta “iglesia pedófila”), movida por el miedo, comprometida con el fundamento de este sistema capitalista de muerte, está más vigente que nunca. El papa en sus ocho años de mandato, ha dejado como herencia una generación de obispos nefastos que aseguran “la normalización” de su territorio diocesano… los embajadores miedosos del jefe, cumplirán las ordenes a rajatabla (la diócesis de San Cristóbal de las Casas es un ejemplo paradigmático).

Benedicto XVI se va, ¡porque sabe que se queda!

Entonces, algún “adulto”, gritará que estas líneas nacen de un joven revoltoso por naturaleza, que tiene 60 años menos que el padre Ratzinger. Y tendrá razón, solo que también deberá escuchar, que somos muchos los creyentes que NO RENUNCIAMOS a que:
La Iglesia sea una mediación histórica para construir salvación en este mundo;

Los servidores de esta mediación, sean pastores y no funcionarios,
Y que esta Iglesia, se parezca cada día más a Jesusito, aquel artesano que amó hasta el extremo martirial de la cruz…
No renunciamos a luchar por un mundo nuevo, y hacerlo desde nuestra fe y desde la iglesia…

La historia nos reclama a los creyentes. Y la coyuntura abre puertas a nuestro favor. En medio de la crisis profunda que atraviesa el mundo, desde el ámbito económico, al político y ético, resulta necesario reformular una vieja pregunta: en la Edad Media, la pregunta era ¿fuera de la Iglesia puede haber salvación?; hoy la pregunta se decanta por ¿Cómo puede haber salvación dentro de esta secta farisaica que se ha vuelto al Iglesia institucional?

Creemos que no hay una voz que pueda responder a esta pregunta, porque creemos que el paso a dar es la democratización profunda de esta gran comunidad que es la iglesia. Entendemos democratización, en primer término, como la apertura franca del dialogo y la participación en los temas que configuran la vida de la comunidad, a todos y todas… que “los hombres de buena voluntad”, destinatarios de tantos documentos, sean protagonista de los pasos realmente históricos que Dios exige en este tiempo.

Concretamente hay dos semanas antes que el Papa deje vacante “el trono de San Pedro” (increíble que un seguidor del pescador del lago de Galilea, sea revestido en un trono y no reciba un delantal en los suburbios, ¿no?)… muchos especularan con la llegada de un Papa negro o Latino (cuesta creer que los cuervos de la curia Romana lo permitan). Nosotros no queremos un cambio de color, sino de las reglas del juego (ya tenemos un afrodescendiente sentado en la siempre “casa blanca”):
- Hay que reformar el colegio cardenalicio que es el cuerpo elector del próximo Papa.
- Hay que replantear el rol del Obispo de Roma.
- Finalmente hay que presentar el compromiso histórico de abrir una franca transformación en los temas que son cruciales en este tiempo, una verdadera hoja de ruta de vuelta a Jesús…

Este proceso de cambio (que es nuestro sueño, más que una realidad que tengamos cerca), debe ser profundamente sinfónico, para volver a compartir los gozos y fatigas de este mundo. Y al estilo de “un tal Jesús”, sentirnos estructuralmente con las entrañas conmovidas, para construir una institución desde los dolores de las mayorías (allí donde reside la única autoridad cristiana, la autoridad de los que cargan este mundo).

NUNCA MÁS una Iglesia sin ellas…
NUNCA MÁS una Iglesia sin los otros…
NUNCA MÁS una iglesia que se crea dueña de la verdad…
NUNCA MÁS una Iglesia encarnada en el poder de este mundo…
NUNCA MÁS una Iglesia que no nos invita a pensar…
NUNCA MÁS una Iglesia sectaria, que manipula a “Dios” según sus caprichos…
NUNCA MÁS una Iglesia que este al margen de la suerte de los pobres de este mundo…
NUNCA MÁS una Iglesia que traiciona a Jesús…
NUNCA MÁS una Iglesia que no se apasiona en la lucha por una humanidad nueva, por un mundo nuevo…

A LA IGLESIA DEL PODER QUE SOSTIENEN LOS DE ARRIBA… A ESA IGLESIA, NOSOTROS RENUNCIAMOS.
Nos queda la fe en el carpintero… a ellos la ambición de poder.
Nos queda la esperanza del Reino de Dios, que es Otro mundo posible (un mundo donde quepan muchos mundos)… a ellos las especulaciones y las trampas.

Nos queda el amor… a ellos mucho miedo.

Este no es un tratado sobre los cambios necesarios, sino simplemente un grito que reivindica nuestro derecho a querer vivir de otra manera la fe y la vida… y así decirlo, y así construirlo, y así lucharlo.


Francisco Herman Bosch (un creyente). Las Palmas, San Salvador (El Salvador)

Fuente: Rebelión
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Evangelizadoras de los apóstoles  18.02.13 - Mundo

¿Qué Papa podemos esperar que no sea un Benedicto XVII?
Entrevista a Leonardo Boff
Teólogo, filósofo y escritor


1. ¿Cómo recibió usted la renuncia de Benedicto XVI?


R/ Yo desde el principio sentía mucha pena por él, pues por lo que conocía, especialmente de su timidez, imaginaba el esfuerzo que debería hacer para saludar al pueblo, abrazar a las personas, besar a los niños. Estaba convencido de que un día él aprovecharía alguna ocasión sensata, como los límites físicos de su salud y el menor vigor mental, para renunciar. Aunque se mostró como un papa autoritario, no estaba apegado al cargo de papa. Me sentí aliviado porque la Iglesia está sin un líder espiritual que suscite esperanza y ánimo. Necesitamos otro perfil de papa más pastor que profesor, no un hombre de la Iglesia-institución sino un representante de Jesús que dijo: "si alguien viene a mí, no le echaré fuera” (Evangelio de Juan 6,37), podía ser un homoafectivo, una prostituta, un transexual.

2. ¿Cómo es la personalidad de Benedicto XVI ya que usted mantuvo cierta amistad con él?


R/ Conocí a Benedicto XVI en mis años de doctorado en Alemania entre 1965-1970. Oí muchas conferencias de él pero no fui alumno suyo. Él leyó mi tesis doctoral: "El lugar de la Iglesia en el mundo secularizado” y le gustó mucho hasta el punto de buscar una editorial para publicarla, un tocho de 500 páginas. Después trabajamos juntos en la revista internacional Concilium, cuyos directores se reunían todos los años en la semana de Pentecostés en algún lugar de Europa. Yo la editaba en portugués. Esto fue entre 1975-1980. Mientras los demás hacían la siesta, él y yo paseábamos y conversábamos sobre temas de teología, sobre la fe en América Latina, especialmente sobre San Buenaventura y San Agustín, de los cuales él es especialista y a los que yo hasta hoy frecuento a menudo. Después en 1984 nos encontramos en un momento conflictivo: él como juez mío en el proceso del ex-Santo Oficio movido contra mi libro Iglesia: carisma y poder (Vozes 1981. Sal Terrae 1982). Ahí tuve que sentarme en la silla donde, entre otros, se sentaron Galileo y Giordano Bruno. Me sometió a un tiempo de "silencio obsequioso”, tuve que dejar la cátedra y me fue prohibido publicar cualquier cosa. Después de esto nunca más nos volvimos a encontrar. Como persona es finísimo, tímido y extremadamente inteligente.


3. Como cardenal fue su Inquisidor después de haber sido su amigo: ¿cómo vio usted esta situación?


R/ Cuando fue nombrado Presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex-Inquisición) me sentí sumamente feliz. Pensaba: finalmente tendremos un teólogo al frente de una institución con la peor fama que se pueda imaginar. Quince días después me respondió agradeciendo y decía: creo que hay aquí en la Congregación varios asuntos suyos pendientes y tenemos que resolverlos. Y es que prácticamente cada vez que publicaba un libro llegaban de Roma preguntas de aclaración que yo me demoraba en responder. Pero de Roma no viene nada que no haya sido enviado antes a Roma. Aquí en Brasil había obispos conservadores y perseguidores de teólogos de la liberación que enviaban las quejas de su ignorancia teológica a Roma con el pretexto de que mi teología podría hacer daño a los fieles. Ahí me di cuenta de que él ya había sido contaminado por el bacilo romano que hace que todos los que trabajan en el Vaticano rápidamente encuentren mil razones para ser moderados y hasta conservadores. Y entonces más que sorprendido quedé verdaderamente decepcionado.


4. ¿Cómo recibió el castigo del "silencio obsequioso”?


R/ Tras el interrogatorio y la lectura de mi defensa escrita que está como anexo en la nueva edición de Iglesia; carisma y poder (Record 2008) son 13 los cardenales que opinan y deciden. Ratzinger es solo uno de ellos. Después someten la decisión al papa. Creo que el suyo fue un voto discrepante del de la mayoría, porque conocía otros libros míos de teología, traducidos al alemán, y me había dicho que le habían gustado e incluso una vez, delante del papa en una audiencia en Roma, hizo una referencia elogiosa. Yo recibí el "silencio obsequioso” como lo haría un cristiano ligado a la Iglesia: lo acogí con calma. Recuerdo que dije: "es mejor caminar con la Iglesia que solo con mi teología”. Para mí fue relativamente fácil aceptar la imposición porque la Presidencia de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB, en portugués) siempre me había apoyado y dos de sus cardenales, don AloysioLorscheider y don Paulo Evaristo Arns, me acompañaron a Roma y participaron, en una segunda parte, del diálogo con el cardenal Ratzinger y conmigo. Ahí éramos tres contra uno. Algunas veces pusimos al cardenal Ratzinger en aprietos pues los cardenales brasileros le aseguraban que las críticas contra la teología de la liberación que él había hecho en un documento recientemente publicado eran eco de los detractores y no un análisis objetivo. Y pidieron un nuevo documento positivo. Él acogió la idea y realmente lo hizo dos años más tarde. Y nos pidieron también, a mí y a mi hermano Clodovis que estaba en Roma, que escribiésemos un esquema y lo entregásemos en la Sagrada Congregación. En un día y una noche lo hicimos y lo entregamos.


5. Usted dejó la Iglesia en 1992. ¿Le quedó alguna amargura de todo el affaire del Vaticano?


R/ Yo nunca dejé la Iglesia. Dejé una función dentro de ella, que es la de sacerdote. Seguí como teólogo y profesor de teología en varias cátedras, aquí y fuera del país. Quien entiende la lógica de un sistema cerrado y autoritario, poco abierto al mundo, que no cultiva el diálogo y el intercambio (los sistemas vivos viven en la medida en que se abren e intercambian) sabe que si alguien como yo no se alínea plenamente a tal sistema será vigilado, controlado y eventualmente castigado. Es similar al sistema de la seguridad nacional que hemos conocido en América Latina bajo los regímenes militares de Brasil, Argentina, Chile y Uruguay. Dentro de esta lógica, el entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio, ex-Inquisición), el card. J. Ratzinger condenó, silenció, depuso de la cátedra o transfirió a más de cien teólogos. De Brasil fuimos dos: la teóloga IvoneGebara y yo. Por entender la referida lógica, y lamentarla, sé que están condenados a hacer lo que hacen con la mayor buena voluntad. Pero como Blaise Pascal dijo: "Nunca se hace el mal tan perfectamente como cuando se hace con buena voluntad”. Sólo que esta buena voluntad no es buena, pues crea víctimas. No guardo ningún rencor o resentimiento pues tuve compasión y misericordia de aquellos que se mueven dentro de esta lógica que, a mi modo de ver, está a años-luz de la práctica de Jesús. Además, es cosa del siglo pasado, ya pasado. Y evito volver a ello.


6. ¿Cómo evalúa usted el pontificado de Benedicto XVI? ¿Ha sabido manejar las crisis internas y externas de la Iglesia?


R / Benedicto XVI fue un eminente teólogo, pero un papa frustrado. No tenía el carisma de dirección y animación de la comunidad, como lo tenía Juan Pablo II. Desgraciadamente, será estigmatizado de manera reduccionista como el papado donde aumentaron los pedófilos, los homoafectivos no fueron reconocidos y las mujeres fueron humilladas, como en EE.UU., donde se negó el derecho de ciudadanía a una teóloga por cuestión de género. Y también pasará a la historia como el Papa que criticó fuertemente la teología de la liberación, interpretada a la luz de sus detractores, y no a través de las prácticas pastorales y libertadoras de obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos que hicieron una opción seria por los pobres contra la pobreza y a favor de la vida y de la libertad. Por esta causa justa y noble fueron mal interpretados por sus hermanos en la fe y muchos de ellos detenidos, torturados y asesinados por los órganos de seguridad del estado militar. Entre ellos se encontraban obispos como el obispo Angelelli de Argentina y el Arzobispo Oscar Romero de El Salvador. Don Helder fue el mártir que no mataron. Pero la Iglesia es más grande que sus papas y continuará, entre sombras y luces, prestando un servicio a la humanidad, a fin de mantener viva la memoria de Jesús y ofrecer una posible fuente de sentido en la vida más allá de esta vida. Hoy sabemos por los Vatileaks que dentro de la Curia romana están enfrascados en una feroz lucha por el poder, especialmente entre la corriente Bertone, actual Secretario de Estado, y el ex-secretario Sodano, ya emérito. Ambos tienen sus aliados. Bertone, aprovechándose de las limitaciones del papa, construyó prácticamente un gobierno paralelo. Los escándalos de filtración de documentos secretos de la mesa del Papa y del Banco del Vaticano, usado por los millonarios italianos, algunos de la mafia, para lavar dinero y enviarlo fuera, afectaron mucho al Papa. Y se fue aislando cada vez más. Su renuncia se debe a los límites de la edad y de las enfermedades, pero agravadas por estas crisis internas que lo debilitaron y que él no supo o no pudo atajar a tiempo.


7. El Papa Juan XXIII dijo que la Iglesia no puede ser un museo, sino una casa con puertas y ventanas abiertas. ¿Cree usted que Benedicto XVI intentó transformar la Iglesia de nuevo en algo así como un museo?


R / Benedicto XVI es un nostálgico de la síntesis medieval. Reintrodujo la misa en latín, escogió vestimentas de los papas renacentistas y de otros tiempos pasados, mantuvo los hábitos y ceremoniales palaciegos, a quien iba a comulgar le ofrecía primero el anillo papal para que lo besase y luego le daba la hostia, cosa que ya no se hacía. Su visión era restauracionista y es un nostálgico de una síntesis entre cultura y fe que existe muy visible en su Baviera natal, cosa que él comentaba explícitamente. Cuando en la Universidad donde él estudió, y yo también, en Munich, vio un cartel anunciándome como profesor invitado para dar una conferencia sobre las nuevas fronteras de la teología de la liberación pidió al decano posponerla sine die. Sus ídolos teológicos son san Agustín y san Buenaventura, que mantuvieron siempre gran desconfianza de todo lo que venía del mundo, contaminado por el pecado y necesitado de ser rescatado por la Iglesia. Es una de las razones que explican su oposición a la modernidad a la que ve bajo la óptica del secularismo y el relativismo y fuera del ámbito de influencia del cristianismo, que ayudó a formar Europa.


8. ¿La Iglesia, a su juicio, va a cambiar la doctrina sobre el uso del condón y la moral sexual en general?


R/ La Iglesia debe mantener sus convicciones, aquellas que estima irrenunciables como el tema del aborto y la no manipulación de la vida. Pero debería renunciar al estatus de exclusividad, como si fuera la única portadora de la verdad. Debe entenderse dentro del espacio democrático, en el cual su voz se hace oír junto a otras voces. Y las respeta e incluso está dispuesta a aprender de ellas. Y cuando sea derrotada en sus puntos de vista, debería ofrecer su experiencia y tradición para mejorar donde pueda mejorar y aligerar el peso de la existencia. En el fondo, ella tiene que ser más humana, más humilde y tener más fe, en el sentido de no tener miedo. Lo que se opone a la fe no es el ateísmo, sino el miedo. El miedo paraliza y aísla a las personas de los demás. La Iglesia debe caminar junto a la humanidad, porque la humanidad es el verdadero Pueblo de Dios. Ella lo muestra más conscientemente, pero no se apropia exclusivamente de esta realidad.


9. ¿Qué debe hacer el futuro Papa para evitar la emigración de tantos fieles a otras Iglesias, especialmente a las pentecostales?


R / Benedicto frenó la renovación de la Iglesia incentivada por el Concilio Vaticano II. No acepta que haya rupturas en la Iglesia, así que prefirió un punto de vista lineal, reforzando la tradición. Sucede que la tradición del siglo XVIII y XIX se opuso a todos los logros modernos, de la democracia, de la libertad religiosa y otros derechos. Él ha tratado de reducir la Iglesia a una fortaleza para defenderse de estas modernidades y veía el Vaticano como un caballo de Troya a través del cual podían entrar. No negó el Vaticano II, pero lo interpretó a la luz del Concilio Vaticano I, que está centrado en la figura del Papa con poder monárquico, absoluto e infalible. Así que se produjo una gran centralización de todo en Roma, bajo la dirección del Papa que, ¡pobre!, tiene que conducir una población católica del tamaño de la de China. Tal opción ha traído un gran conflicto en la Iglesia e incluso en episcopados enteros, como el alemán y el francés, y ha contaminado la atmósfera interna de la Iglesia con sospechas, creación de grupos, emigración de muchos católicos de la comunidad y acusaciones de relativismo y de magisterio paralelo. En otras palabras, en la Iglesia ya no se vivía una fraternidad franca y abierta, un hogar espiritual común a todos.


El perfil del nuevo Papa, en mi opinión, no debe ser la de un hombre de poder y ni un hombre de la institución. Donde hay poder no existe amor y la misericordia desaparece. Debería ser un pastor, cercano a los fieles y a todos los seres humanos, independientemente de su situación moral, política y étnica. Debería tener como lema las palabras de Jesús, que ya he citado: "Si alguno viene a mí, yo no le echaré fuera”, pues Jesús acogía a todos, desde a una prostituta como Magdalena hasta un teólogo como Nicodemo. No debería ser un hombre de Occidente que ahora se ve como un accidente de la historia, sino un hombre del vasto mundo globalizado que sienta pasión por los pobres y el grito de sufrimiento de la Tierra devastada por la avaricia consumista.
No debería ser un hombre de certezas sino alguien que animase a todos a buscar los mejores caminos. Lógicamente se orientaría por el Evangelio pero sin espíritu proselitista, con la conciencia de que el Espíritu siempre llega antes que el misionero y el Verbo ilumina a todo hombre que viene a este mundo, como dice el evangelista san Juan.


Debería ser un hombre profundamente espiritual y abierto a todos caminos religiosos para juntos mantener viva la llama sagrada que existe en cada persona: la presencia misteriosa de Dios. Y, por último, un hombre de profunda bondad, al estilo del Papa Juan XXIII, con ternura por los humildes y con firmeza profética para denunciar a aquellos que promueven la explotación y hacen de la violencia y de la guerra instrumentos de dominación de los demás y del mundo. Que en las negociaciones que los cardenales hacen en el cónclave y en las tensiones de las tendencias, prevalezca un hombre con este tipo de perfil. Cómo el Espíritu Santo obra ahí es misterio. Él no tiene otra voz ni otra cabeza que las de los cardenales. Que el Espíritu no les falte.











Espiritualidad de María educadora y … educada



“Hijo, ¿por qué te has portado así?

Tu padre y yo te buscábamos muy preocupados…”

“¿Por qué me buscaban?

¿No saben que tengo que preocuparme

de los asuntos de mi Padre?...”

Lucas 2, 48-52



Hace unos días, Esperanza, flamante directora del “Fe y Alegría” N° 5 (mi barrio), me dijo: “Ven a mi colegio para dar una charla sobre la espiritualidad de María educadora”… La mandé al diablo: “Lo que dice y hace María viene en una página de la Biblia… ¿Qué voy a decir?”… Verifiqué: Mateo 1, 18; Lucas 1, 26. 39; 2; Juan 2; 19, 25-27; Marcos 3, 31; Hechos 1, 14. Unas páginas, con unos gestos, y largo silencio… Se han escrito muchos libros sobre María, se habló bien, más o menos, feo. (Hay libros que no he soportado y la boté, en general escritos por eclesiásticos; un cardenal de Berulle, de la “escuela de espiritualidad francesa”, escribió bien; lo mejor que he leído es de una pastora protestante, fallecida hace poco tiempo: ¡una maravilla!... Se llamó France Quéré)… y con lo que me queda de lucidez, me puse a reflexionar…



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·    María no es una isla de alegría en medio de una humanidad depravada; no es una estrella o cometa que pasa y desaparece; no es una diosa. Es un reflejo de Dios; un poco como los lagos de montaña (por Churín, Huari, etc.) ¡tan puros!. Son reflejos del cielo azul… pero ¡no son el cielo!



·    María, Myriam, se ubica en una historia, en la historia humana, donde en medio de errores, pecado, en favor de éxodos y de exilios camina, se purifica, se profundiza, se prepara la realización de una promesa (ver la Genealogía de Jesús  en Mateo 1, 1-26).



·    María, Myriam, se ubica en un pueblo, fiel e infiel, con sus justos, sus profetas, sus pobres (los “anawim”).



Nosotros, educadores, ¿nos ubicamos en la historia?... ¡Sabemos transmitir lo positivo de esa historia?... ¿Sabemos purificar y dejarnos purificar por los errores de esa historia?... Y ¿ubicamos a nuestros alumnos y alumnas en esa historia?...



Nosotros ¿nos ubicamos y ubicamos a nuestros alumnos y alumnas en un pueblo en formación, un  pueblo de pueblos, de civilizaciones diferentes?… ¿Sabemos ser realistas sobre las fallas y las riquezas de ese pueblo?... ¿Sabemos no tener vergüenza de pertenecer a él, tener autoestima?... ¡Tantas veces somos negativos con nuestro país de naciones diferentes!... ¿Sabemos ver a Dios actuando en la historia y en el pueblo (Mateo 16, 3)… ¿Sabemos ubicar y celebrar con los restos-gérmenes?



Así, nuestra espiritualidad, como la de María, no nos aísla: es la espiritualidad del pueblo de los pobres, que camina en una historia con sus bellezas, accidentes, errores, horrores… pero con una Esperanza que camina, se transmite en el corazón de la historia y del pueblo.





María espera un Salvador, una liberación nutrida por la Palabra (Isaías 7; Isaías 11…); la de su Pueblo poco a poco modelado… Espera en Nazareth, en el camino de Belén, en la prueba de la fuga a Egipto, de la separación durante la vida pública, a pesar de palabras “duras” de Jesús (Caná - Juan 2; “¿Quién es mi madre” – Mateo 11, 46-50); en la noche de la cruz; acompañando a los amigos de Jesús después de su muerte (Hechos 1, 14 – la última vez en que se habla de ella; vendrá luego Pentecostés: nacer de la iglesia, sacramento de Cristo)… María, Nuestra Señora de la Esperanza… Madre de la iglesia signo de Cristo…



Y, ¿nosotros? En la caminata de nuestras vidas ¿somos gente de Esperanza sobre nosotros, sobre los alumnos, sobre la humanidad?... Nuestro pequeño Movimiento hace parte de la Iglesia – Pueblo de la Esperanza?... Esperanza cuando se ven los signos de los tiempos, cuando vivimos la noche de la agonía, de la cruz… La Esperanza está en nuestra espiritualidad.



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María acoge, recibe, Nuestra Señora del Sí… en el silencioso diálogo de la Anunciación (Lucas 1, 26…) Dice “Sí” y se realizará así el solemne Prólogo de San Juan (Juan 1, 1-18): la Palabra se hace carme, hombre, en ella… Ella da su humanidad al Hijo de Dios (“Madre de Dios”)… Eso no impide su sorpresa, su pregunta: ¿Cómo se hará”… y acepta… Por eso su vieja prima Elizabeth, canta la Fe de María y nos da “permiso” para tener ese mismo tipo de acogida… “Nuestra Señora de la fe”…”Nuestra Señora de la acogida”.



Nuestras preguntas son signos de nuestra fe en Dios. ¡No podemos preguntar al vacío!... Estamos en una espiritualidad de acogida del pequeño, del pobre, de los rostros de Cristo…



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María, de pie, caminando: Nazareth, Ain Karim (Visitación), Belén, Egipto, en medio del pueblo que rodea a Jesús, en el Vía Crucis, en la hora de la muerte-glorificación, en el Cenáculo… En el camino del servicio…, servicio habitado, María camina… Nuestra Señora del Camino, Nuestra Señora del Servicio… Retomemos los tres primeros capítulos de Lucas (Lucas 13).



Y ¿nosotros?... ¿Somos gente de servicio, que ve las necesidades de las Elizabeths de hoy (Lucas 1, 5…), de los seres humanos de hoy (como “No tienen vino” – Juan 2), caminamos, hablamos con ellos, por ellos?... ¿Con los niños, con los adolescentes, estudiantes de hoy? … ¡Les falta tanto!



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María da y se da al mismo tiempo: ese bebito de Belén, Elizabeth y su Juan (Jesús provoca un diálogo jubiloso, bailante desde el vientre de las dos mujeres (Lucas 1 39…)… a los pastores, a los magos a Simeón y Ana (Lucas 2, 22…) a los invitados de Caná (Juan 2) y a toda la humanidad (Juan 19, 25…) como Jesús da a María a Juan y a toda la humanidad… Nuestra Señora de la Comunicación



Nosotros ¿somos gente disponible dando, dándonos, gente de diálogo constructivo, invitando a la comunicación y a la comunión en el Amor?...



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María da gracias, sabe leer los signos de los tiempos (Mateo 16, 3), el trabajo de Dios en ella, en los demás y en la historia, y sabe cantarlo (Lucas 1, 46…) Nuestra Señora del Canto… Ella compone el Magnificat apropiándose de textos de los Salmos, de Samuel, de Isaías, Miqueas, etc…; y canta…



Nosotros ¿somos gente que canta las maravillas de Dios en nuestras pobres, ordinarias y extraordinarias vidas?... ¿En las vidas de los demás? (Más de una vez, cuando alguien amado muere, ¿escribimos lo bello de su vida, su Magnificat?... Hagámoslo ahora)… Sabemos ver las maravillas de Dios en los alumnos y alumnas, en los y las colegas, etc., etc… y componer un permanente “Magnificat”, a pesar de nuestras miserias y las miserias del mundo?



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María contempla a su Hijo, descubre el misterio de Jesús, no entiende a veces, pero lo conserva en su corazón: al nacimiento, cundo Jesús a los 12 año  afirmó su vocación (Lucas 2,41…), cuando Jesús declara que su padre, madre,  hermanos son los que escuchan y practican la Palabra de Dios… María pobre: Jesús es de ella, pero no es para ella sola… María contemplativa… Nuestra Señora de los Pobres.



Y, nosotros ¿sabemos contemplarnos en Dios, contemplar a los maestros y maestras, a los educandos, aceptar un cierto sufrimiento delante de sus vidas, que construyen según sus talentos, de sus vocaciones; aceptar que hay un misterio en cada persona amada… y vivirlo respetuosamente?



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María, ve crecer a su hijo en edad, en gracia, en sabiduría; y todo lo guarda en su corazón. Nuestra Señora de la Fidelidad... Nuestra Señora de los EducadoresNuestra Señora de los educandos.



¿Quién no se acuerda que nuestras madres tienen memoria de nuestra historia, y que ustedes, madres, tienen memoria de la historia de sus hijos e hijas?... Todos, a través de ello somos educadores como María lo fue con Jesús (en el templo sabe hacerle reproches…); educadores dedicados a sus educandos, ayudándoles a hacer caminos (ella empuja a Jesús en Caná).



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El parto de un hijo es de un día, es toda la vida, con su cara de sufrimiento, con su explosión  de alegría (Juan 16, 21)… Parto de la Navidad en la pobreza del pesebre; parto de maternidad universal en la Cruz (Juan 19, 26…)… Tu hijoTu madreNuestra Señora de la Compasión (de la pasión con Cristo). .. Nuestra Señora del Universo, unida a la creación entera, gime en dolores de parto (Romanos 8).



No hay que buscar la cruz; hay que vivir el Evangelio, hay que vivir en coherencia con Cristo… y encontraremos la cruz y la alegría, la paz… En estos momentos ella, María, está presente “ahora y en la hora de nuestra muerte” … Sufrimiento – Cruz – Gozo – Paz… María nos invita a ser pequeños, pequeñas, y a decir; María, mamá… Nuestra Señora de los pequeños.



Obedecemos a la vida que nos enseña a ser grandes humildes, grandes conquistando el espíritu de la infancia, y sabiendo ver al niño en el hombre, en la mujer tantas veces malogrados por la vida: Juan-al-pie-de-la-cruz es toda la humanidad, empezando por el “buen ladrón” que entró n la Casa de Dios (Lucas 23, 39).



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En el Evangelio María habla poco; pero vive en el Amor… María silenciosa; silencio puede significar “vacío”… pero, si el silencio está lleno de Amor, habitado, contemplativo, universal, entonces hablaMaría Silenciosa… Vive a Dios… Dice “Dios”… Comunica a Dios… Nuestra señora del Silencio.



Nosotros(as) ¿sabemos hacer silencio y vivir un silencio habitado?... Es un duro trabajo, es una dura gracia.



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Aquí terminan unas notas que ustedes van a completar, convencidos, convencidas de que María no es Dios, pero refleja a Dios como los lagos de nuestras montañas.



En el siglo 17 se presentó a María con una gran capa abierta, donde se abriga un montón de gente… Allí hay un lugar para nosotros/as, diciéndonos: “María no es Dios, no es el Señor… Es la Madre de Jesús, es la Madre de Dios, es la madre de los hermanos de Jesús, de los hijos adoptivos de Dios”…



Y, ¡compongan un Magnificat personal y comunitario”… Cuando sea el momento compongan “su” Canto de Simeón (Lucas 2, 25…)



Mes de Mayo del 2013



Juan Dumont Chauffour



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N.B. ¡Gracias, Esperanza, por obligarme a escribir! Y, ¡gracias a María, a José, a Elizabeth, a Zacarías, a Juan Bautista, al pueblo de los creyentes


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Congreso Continental de Teología 


Del 7 al 11 de octubre de 2012, la ciudad de São Leopoldo, Rio Grande do Sul, acogió al Congreso Continental de Teología. Fueron cinco días ricos en discusiones que ofrecieron un panorama dinámicos de cómo camina, en el presente la Teología. El Congreso se desarrolló en medio de dos marcos importantes: los 50 años del Concilio Vaticano II y los 40 años de la publicación de "Teología de la Liberación – Perspectivas”, de Gustavo Gutiérrez


 Mensaje Final del Congreso continental de Teología Latinoamericana: Cerca de Dios… cerca de los pobres
07-11 0ctubre 2012
Con motivo de los 50 años de la apertura del Concilio Vaticano II y de los 40 del inicio de la Teología de la Liberación nos hemos reunido en el Congreso Continental de Teología en la Universidad de Unisinos de Sao Leopoldo/RS Brasil. Al llegar al final dirigimos a nuestras Iglesias y pueblos un mensaje para compartir lo que hemos escuchado y dialogado, vivido y celebrado.

Hemos participado 750 personas entre jóvenes y adultos, laicas y laicos, religiosas y religiosos, sacerdotes y obispos y hermanas y hermanos de otras confesiones cristianas. Proveníamos de los diferentes países de América Latina y del Caribe, de América del Norte y de Europa. Hemos vivido un verdadero kairós y movilizado la comunidad teológica del Continente.

Ante todo queremos comunicar que hemos salido fortalecidos en nuestra esperanza, una esperanza que nos impulsa a poner nuestras vidas al servicio del Reino de Dios. Hemos orado evocando el caminar eclesial desde el inicio del Concilio Vaticano II y de los 40 años de teología de la liberación. Hemos reflexionando creativamente en paneles y talleres sobre aspectos importantes del pueblo de Dios y que desafían nuestro quehacer teológico y pastoral.

Hemos constatado y asumido nuestras diferencias y diversidades históricas, geográficas, culturales, de procesos sociales y eclesiales. Nos hemos enriquecido con ellas, muy especialmente cuando hicimos memoria y celebramos el testimonio martirial de quienes en décadas recientes han dado muestras extraordinarias de fidelidad al Dios de la vida, en el seno de nuestro pueblo, sobre todo entre los empobrecidos.

Hemos recordado especialmente la figura luminosa y entrañable del Papa Juan XXIII, de quien evocamos el gesto de abrir puertas y ventanas para que la Iglesia católica aprendiera que para ser madre y maestra, necesitaba volverse hija y discípula. Recordamos, también, a Pablo VI que acertó a poner lucidez y audacia en los trabajos del Concilio y en el caminar del pueblo de Dios del inmediato postconcilio. Esta memoria nos la transmitió con emoción y fuerza Mons. José M. Pires de 94 años; él fue padre conciliar.

Hemos reafirmado nuestra convicción de que el camino que emprendimos en Medellín, ha de seguir siendo nuestro camino en este tiempo. Hemos tomado conciencia, también, de las exigencias que supone el nuevo contexto cultural, social, político, económico, ecológico, religioso y eclesial, ahora globalizado, depredado y excluyente.

Hemos confirmado que la Teología de la Liberación está viva y continúa inspirando las búsquedas y los compromisos de las nuevas generaciones de teólogos. Pero a veces es brasa se esconde bajo las cenizas. En ese sentido, este congreso se ha convertido en un soplo que ha re encendido el fuego de esta teología que quiere seguir siendo fuego que enciende otros fuegos en la Iglesia y en la sociedad.

Conscientes de que la “Iglesia debe escrutar los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio” (GS 4), hemos querido pasar a los tiempos de los signos y hacer un proceso de construcción colectiva que articule nuestro pensar, sentir y actuar. Este proceso ha supuesto un esfuerzo de escucha atenta de distintos testimonios y experiencias, convicciones y miradas, en un compartir que nos interpela desde el hoy de nuestros diferentes contextos y nos lleva a apostar por un presente que tenga futuro.

Los tiempos han cambiado. Esto nos ha llevado a detenernos y poner en diálogo nuestra teología latinoamericana con realidades y saberes que no estuvieron presentes en los trabajos del Vaticano II, ni en los primeros momentos de la Teología de la Liberación. Para nosotros son nuevos clamores que vienen de los migrantes, las mujeres, los pueblos originarios y afro descendientes, las nuevas generaciones y todos los nuevos rostros de exclusión que emergen desde la invisibilidad.
Estos gemidos son fruto de un sufrimiento, el que buscamos compartir con pasión con quienes son privados de una vida digna, de un “buen vivir” (Sumakausai) como que quiere Dios.

Confiamos en que este congreso marque el comienzo de una etapa nueva. Para eso se ha organizado. Algo nuevo está brotando y cada vez nos damos más cuenta (Is. 43,13). Queremos que ese futuro esté marcado por la fidelidad, la fecundidad, la creatividad y la alegría. En él nuestro quehacer teológico debe acertar a asumir los nuevos desafíos en plena sintonía con la Palabra de Dios, bajo la acción del Espíritu y en profunda comunión con los pobres que para nosotros son los preferidos de Jesús. Así tiene que ser ya que “todo lo que tenga que ver con Cristo, tiene que ver con los pobres y todo lo relacionado con los pobres reclama a Jesucristo” (DA 393).

Durante el congreso miramos hacia adelante y miramos lejos, hacia el futuro; nos deja con sueños y con ganas de hacerlos realidad. Uno de los más importantes es animar teólogos y teólogas jóvenes a que acojan la herencia de los teólogos de la primera generación de la Teología de la Liberación. Esta herencia la transmitió Gustavo Gutiérrez al recordar con emoción a los teólogos jóvenes que en su quehacer teológico sean rigurosos, profundos, cercanos a las comunidades insertas en el mundo y que den su vida por los pobres. Con su frase “Cerca de Dios, cerca de los pobres” evocó a todos los participantes lo mejor de la teología latinoamericana. Con ella recogemos nosotros lo mejor de este congreso.

Los participantes de este Congreso regresamos a nuestras comunidades eclesiales dispuestos a asumir las tareas que tiene la teología latinoamericana hoy y a testimoniar con nuestro proceder que otra teología es posible para que otro mundo sea posible. Eso sucederá si nuestros jóvenes tienen visiones y nuestros ancianos sueños (Jo 3, 1-2).

   conferencias 
07 de Octubre
Discurso Inaugural Demetrio Valentini del Congreso Continental de Teología
Conferencia Inaugural con Rector de la Universidad de Unisinos
Contexto y Pretexto del Congreso
Geraldina Céspedes
Jon Sobrino

08 de Octubre
Pedro Ribeiro de Oliveira
Jung Mo Sung
Socorro Martínez y José Sanchez
Maria Clara Bingemer
Chico Whitaker

09 de Octubre
Andres Torres Queiruga
Homenaje a José Comblin
Gustavo Gutiérrez

10 de Octubre
Leonardo Boff
Peter C. Phan
Luis Carlos Susin
Andrés Torres Queiruga

11 de octubre
Joao Batista Libanio
Marilú Rojas y Carlos Mendoza

Congreso Teológico Brasil

Narración Síntesis de los Talleres

Oración y Mensajes Finales
http://www.ustream.tv/recorded/26074827
 FUENTE: ADITAL




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LA FÁCIL  Y  DIFÍCIL  NAVIDAD 
-Jhon Sobrino.      Publicado en Eclesalia

 La Navidad da que pensar. Puede ser algo muy hermoso y muy humano, pero puede ser también algo trivial y hasta inhumano. Y esa ambigüedad es más clara precisamente porque se recuerda no cualquier nacimiento, sino el de Jesús de Nazaret.

Es cosa buena celebrar la vida que comienza. Aun con todas las dudas que plantea al recién nacido y a la comunidad que lo acoge, la alegría está justificada. De ahí, la intuición certera de rodear de celebraciones el nacimiento de Jesús en la liturgia y en la vida real. Y por cierto, dicho con humor, por mucho que se empeñen los liturgistas, el nacimiento de Jesús es una fiesta más "naturalmente" alegre que su resurrección. Y es que la "resurrección" es plenitud de vida más allá de la historia, pero nadie la ha experimentado. La "navidad", sin embargo, es, desde siempre, vida y ternura -dolor también a veces- que todos hemos experimentado.

Por eso el que a un tal José y a una tal María les naciera un niño no necesita explicación, provoca alegría y mueve a la celebración. Es el eterno milagro de la vida. Nace un ser humano, abierto a amar y a pensar, a comprometerse y a crear, a sufrir y a gozar.

Aunque también será tentado a cerrarse en sí mismo, y a renegar de lo humano. Todos entendemos esto.

Celebrar Navidad, celebrar la vida un 24 de diciembre debiera ser, pues, cosa fácil, pero no lo es sin más. Los seres humanos podemos estropearlo todo, aun lo más profundo y bello, y lo hacemos. Dos cosas estropean la navidad en nuestros días.

La primera es -como siempre- el dinero. El consumismo nos pone en el centro de la navidad el dinero, y eso genera un dinamismo que a lo largo de la historia ha ido cambiando las formas de celebración hasta degenerarlas. Ahora veneramos a un Santa Claus -bonachón, vendedor de ilusiones infantiles, todo hay que decirlo, que alguna necesidad llena-, pero al servicio del dinero. Queda para los templos, y algunos hogares, recordar una tradición más ancestral y más humana: el nacimiento, bella idea que se le ocurrió a Francisco de Asís, enamorado de lo humano y de la ternura primordial de la vida. Hoy, para el pobre José, la pobre María y el pobre Jesús no hay lugar en los supermercados. No sabrían qué hacer en ellos, pues, en definitiva, respiran negocio, ambición del dinero -y eso creó el consumismo. Y los supermercados tampoco sabrían qué hacer con ellos, pues no son símbolos que venden, no son buenos para el marketing. Y dígase algo parecido de la belleza de un árbol, su verde color, la esbeltez de su figura, atraen, pero han acabado convertidos -y a buen precio- en peana y estante para regalos, lo que no es una idea mala, pero sin llegar a los extremos actuales.

La segunda es más grave: la crueldad humana que perdura en navidad. Es la antinavidad. En la de este año, en estos mismos días se anuncia la existencia de 42 millones de enfermos de sida -el 60% en Africa subsahariana, de los cuales el 75% son mujeres- y solamente el 7% tiene acceso a tratamiento. Y nada se diga de la cruel hipocresía del árbol que se enciende en la Casa Blanca. Qué nobles sentimientos evocará, a qué nobles pensamientos dirigirá las mentes cuando en Irak han muerto decenas de miles de personas es pregunta más que cínica. Y entre nosotros, aquí en El Salvador, ¿qué dicen los árboles de navidad sobre los 300 homicidios al mes, y los 500 salvadoreños y salvadoreñas que cada día intentan abandonar el país, sobre la acumulación de más dinero cada vez más en menos manos? No es fácil celebrar navidad.

Lo dijo Monseñor Romero, en palabras memorables, en la última navidad que celebró: Es hora de mirar hoy al Niño Jesús no en las imágenes bonitas de nuestros pesebres. Hay que buscarlo entre los niños desnutridos que se han acostado esta noche sin tener que comer, entre los pobrecitos vendedores de periódicos que dormirán arropados de diarios allá en los portales. Entre el pobrecito lustrador que tal vez se ha ganado lo necesario para llevar un regalito a su mamá o, quién sabe, el vendedor de periódicos que no logró vender los periódicos y recibirá una tremenda reprimenda de su padrastro o madrastra. ¡Qué triste es la historia de nuestros niños! Todo eso lo asume Jesús esta noche! (24 de diciembre, 1979).

Y si ese niño llegó a ser el Jesús de Nazaret que recorrió Galilea y terminó mal en Jerusalén, ¿hace eso más fácil o más difícil celebrar la navidad? Aquí el problema es más hondo, pues, sepámoslo o no, encontrarnos con ese Jesús, es enfrentarnos con nosotros mismos, qué somos, qué queremos ser, qué debemos ser -preguntas esenciales ciertamente para un creyente. Y para todo el mundo. Si navidad es la aparición de lo humano de Jesús, de lo verdaderamente humano, significa enfrentarnos a nuestro mundo con honradez, alegrarnos con sencillez de lo bueno que tenemos y avergonzarnos sin disimulo de los males que hacemos. Jesús nos confronta con nosotros mismos. ¿Es eso fácil o difícil?

Dostoievski, el gran novelista ruso, vio que no era nada fácil, y así lo narró en su novela Los hermanos Karamazov. En ella Jesús se le aparece al cardenal arzobispo de Sevilla, que era gran inquisidor. Hablan los dos, de pan y de libertad, de lo que quieren y no quieren los seres humanos, de cuándo aceptan Cristo y cuando no. Pero lo que nos interesa es el final. El cardenal le dice a Jesús: "Señor, no vuelvas". Y tenía buenas razones para decírselo.

Y es que, por una parte, Jesús de Nazaret, cuando vino a nosotros, decía cosas que asustan a muchos seres humanos. "¡Ay de ustedes los ricos, ya han disfrutado a costa de obreros y campesinas!". "¡Ay de ustedes escribas y fariseos. No son más que hipócritas, aunque salgan en las primeras páginas de los periódicos y los condecoren los gobiernos como si fuesen gente de bien". "No anden repitiendo por ahí ‘somos hijos de Abraham’, ‘somos una democracia’. Hablen menos, gloríense menos de ustedes mismos, y hagan la voluntad del Padre celestial". Y dijo también otras cosas duras para todos: "si tu ojo te es ocasión de escándalo, arráncatelo". No es fácil dejarse encontrar por Jesús de Nazaret.

Pero, por otra y más importantemente, Jesús hacía cosas que animan y humanizan, a los pobres sobre todo, y a todo el mudo, a condición de "ser humildes y sencillos, de ser honrados y no engañarse". Así, fácil es en navidad -debiera ser lo más fácil de este mundo- alegrarse de que del lejano horizonte de nuestros anhelos se ha acercado a nosotros un ser humano cabal. Alguien que siempre recibió a los sencillos, pobres, pecadores, niños y mujeres; que siempre consoló a viudas, leprosos, marginados por la religión; que siempre defendió y dio esperanza a oprimidos por el poder, a emigrantes y extranjeros; que siempre hizo el bien, y no por obligación, o por obediencia servil, ni por deseo -vanidoso- de sobresalir, sino porque es bueno hacer el bien. Y porque así es Dios. Alguien que siempre tuvo tiempo para hablar con ese Dios, de ponerse ante el misterio de ese Dios con respeto y disponibilidad, pero nunca con miedo sino con gozo.

¡Pobre arzobispo de Sevilla que tenía miedo de que se acerque Jesús! Dándole la vuelta a ese miedo, Leonardo Boff, de cuya pluma han salido páginas muy bellas sobre Jesús de Nazaret, escribe: "en contacto con Jesús, cada uno se encuentra consigo mismo y con lo que de mejor hay en él: cada cual es llevado a lo originario". Es la navidad feliz.

Quedemos, pues, en que la navidad es difícil y fácil. En elegir una u otra cosa está en juego nuestra fe. Con o sin lucecitas, con o sin cohetillos, con o sin un buen pavo -y ojalá haya luces, cohetes y pavo para los pobres, y ojalá no haya exceso de carnes y licores extranjeros para los ricos- tenemos que elegir entre el gozo o el miedo que trae Jesús. En el fondo entre el gozo o el miedo que nos da ser seres humanos.

Algunos ni siquiera piensan en eso, con lo cual ya han elegido. Navidad formaría parte de la cadena de la rutina de entretenimientos con que se puede uno alejar de sí mismo y de la realidad, con que se puede superar el horror vacui, que decían los antiguos, el miedo a la soledad, al vacío. Sería como la Champion o un viaje de compras a Miami o un safari -para los más pudientes. Eso es huir para que nada se nos acerque en serio, aunque el precio a pagar es vivir en lo vacío e irreal.

Para otros es la celebración de la aparición de la bondad en nuestro mundo, como la bondad de Ita y Maura, Dorothy y Jean -por citar a cuatro mujeres, religiosas, estadounidenses- a quienes recordamos estos días, 24 años después de su mayor testimonio de amor.

"Ha aparecido la benignidad de Dios entre nosotros", dice la liturgia de estos días. "Así de humano sólo puede ser Dios", dice Leonardo Boff.

¿Es fácil o es difícil celebrar la navidad? Mucho depende de nosotros...

 

Navidad: ver con los ojos del corazón
Leonardo Boff, teólogo

Estamos obligados a vivir en un mundo donde los artículos son el objeto más explícito del deseo de los niños y los adultos. Lo que se compra tiene que tener brillo y magia, si no, nadie lo compra. Habla más a los ojos codiciosos que al corazón amoroso. Dentro de esta dinámica se encuentra la figura de Papá Noel. Él es la elaboración comercial de San Nicolás –Santa Claus– cuya fiesta se celebra el día 6 de diciembre. Era obispo, nacido en el año 281 en la actual Turquía. 

Heredó de su familia una importante fortuna. En la época de Navidad salía vestido de obispo, todo de rojo, con un bastón y un saco con regalos para los niños. Se los entregaba con una notita donde decía que venían de parte del Niño Jesús.

Santa Claus dio origen al actual Papá Noel, creación de un dibujante de tiras cómicas norteamericano, Thomas Nast, en 1886, y posteriormente divulgado por la Coca-Cola, ya que en esta época de frío caía mucho el consumo. 

La imagen de ese buen viejito, vestido de rojo y con un saco a la espalda, bonachón, que da buenos consejos a los niños es la figura predominante en las calles y tiendas en tiempo de Navidad. Su patria de nacimiento habría sido Laponia, en Finlandia, donde hay mucha nieve, elfos, duendes y gnomos, y donde las personas se desplazan en trineos tirados por renos. 

¿Existe Papá Noel? Fue la pregunta que Virginia, una niña de 8 años, hizo a su padre. Este le respondió: «Escribe al editor del periódico. Si él te dice que existe, es que realmente existe». Eso fue lo que hizo la niña. Y recibió esta hermosa respuesta: 

Sí, Virginia, Papá Noel existe. Es tan cierto como que existen el amor, la generosidad y la devoción. Y tu sabes que todo eso existe, y da más belleza y alegría a nuestra vida. ¡Qué triste sería el mundo si no hubiese Papa Noel! Sería tan triste como si no existieran niñas como tú. No existiría la fe de los niños, ni la poesía y la fantasía que hacen nuestra existencia ligera y bonita. Pero para eso tenemos que aprender a ver con los ojos del corazón y del amor. Entonces percibimos que no hay ninguna señal de que Papá Noel no exista. ¿Que si existe Papá Noel? Gracias a Dios vive y vivirá siempre que haya niños grandes y pequeños que han aprendido a ver con los ojos del corazón. 

Esto es lo que más falta nos hace hoy: la capacidad de rescatar la imaginación creadora para proyectar mejores mundos y ver con el corazón. Si existiese esto, no habría tanta violencia, ni niños abandonados ni el sufrimiento de la Madre Tierra devastada. 

Para los cristianos es válida la figura del niño Jesús que tirita sobre las pajas, calentado por el aliento del buey y la mula. Me dijeron que, misteriosamente, a través de uno de los ángeles que cantaban en los campos de Belén, envió a todos los niños del mundo una tarjeta de navidad que dice: 

Queridos hermanitos y hermanitas
Si miráis el pesebre y me veis ahí, sabiendo por el corazón que soy Dios-niño que no viene para juzgar sino para estar, alegre, con todos vosotros, si conseguís ver en los otros niños y niñas, especialmente en los más pobres, mi presencia en ellos,Si lográis hacer renacer el niño escondido en vuestros padres y en los adultos para que surja en ellos el amor y la ternura,Si al mirar el Belén notáis que estoy casi desnudo y os acordáis de tantos niños igualmente pobres y mal vestidos, y sufrís en el fondo de vuestros corazones por esta situación inhumana y deseáis que cambie verdaderamente,Si al ver la vaca, el buey, las ovejas, las cabras, los perros, los camellos y el elefante, pensáis que el universo entero recibe mi amor y mi luz, y que todos, estrellas, piedras, árboles, animales y humanos formamos la gran Casa de Dios,Si cuando miréis hacia lo alto y veáis la estrella con su cola recordáis que siempre hay una estrella sobre vosotros, que os acompaña, iluminándoos y mostrándoos los mejores caminos,Sabed entonces que yo estoy llegando de nuevo y renovando la Navidad. Estaré siempre cerca de vosotros, caminando con vosotros, llorando con vosotros y jugando con vosotros, hasta aquel día, sólo Dios sabe cuando, en que estaremos todos juntos en la Casa de nuestro Padre y de nuestra Madre de bondad para vivir felices para siempre.
Belén, 25 de diciembre del año 1.
Firmado: Niño Jesús

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Navidad, ¿qué Navidad?
Leonardo Boff
 
¿Qué Navidad podremos celebrar dado el abatimiento establecido en las conciencias humanas por el terrorismo fundamentalista y el terrorismo de la guerra que Occidente hace contra Afganistán? No será la Navidad del lirismo tradicional, reforzado por la propaganda comercial. Será otra, quien sabe, si más próxima al Nacimiento histórico del Hijo de Dios, nacido en la tierra de los palestinos actuales, Belén. 

Jesús nació fuera de casa, entre animales, en un pesebre ''porque no había lugar para su familia en la posada''. El evangelista Juan dice con infinita tristeza: ''Vino a lo que era suyo y los suyos no le recibieron''. Desde el principio queda definida su misión: estar del lado de los que no tienen tierra, techo, lugar social. A ellos dirige en primer lugar su mensaje. Se identifica con ellos, como se dice en la parábola del juicio final. Del vientre de los pobres continúa naciendo Jesús, el liberador de las gentes. Ellos son el pesebre donde reposa permanentemente. Ellos, hoy como ayer, poseen muchos rostros.

En nuestro país son millones los niños abandonados, tantos como toda la población de América Central. Son los 52 millones que pasan hambre. Son los que sufren en las calles, chiquillos que sobreviven de pequeños robos. Son los millones de niñas que se prostituyen para ayudar en casa. Son cerca de 40 millones de negros que cargan en su cuerpo y en su alma el estigma de la discriminación. Son los supervivientes indígenas expulsados de las tierras que siempre fueron suyas. Son los millones de sin-tierra que, como Abrahán, andan por ahí errantes en busca de tierra para vivir y trabajar. Son los obreros empobrecidos, que se consideran privilegiados por ser explotados por el sistema del capital al precio de un permiso de trabajo firmado y de los parcos beneficios de la seguridad social. 

Son todos esos, tenidos por ceros económicos, los olvidados de nuestra memoria nacional, los hermanos y hermanas más humildes del Hijo de Dios, encarnado en nuestra miseria. Gritan: “Queremos vivir. Queremos ser gente. Nosotros también somos hijos e hijas de Dios. Hasta cuando, Señor, hasta cuando debemos esperar tu venida y, con ella, tu justicia, tu ternura y tu paz.”

En Navidad fue escuchado ese grito lancinante. Dios deja su luz inaccesible y su misterio sacrosanto y viene a vivir en medio de los humillados y ofendidos. Se hace un niño que lloriquea entre el buey y la mula. Y les dice: “Vosotros sois mis hermanos y hermanas, hijos e hijas del Padre querido. Quiero ser para vosotros el Emmanuel, el Dios con nosotros. Yo enjugaré todas vuestras lágrimas. Seré la vida y el derecho que buscáis. Mi nombre es Jesús, el Dios liberador, alegría para todo el pueblo.” 

Pasé por Belén de Judá y oí un tierno susurro. Era la voz de María acunando a su hijito: ''Mi niño, mi Sol, ¿cómo puedo cubrirte con pañales? ¿cómo voy a amamantarte a ti que nutres a toda criatura?” Y José, perplejo, exclamaba: “¿cómo puede? ¿cómo puede tomar forma de niño aquel que da forma a todos los seres? ¿cómo puede hacerse pequeño en la Tierra quien es grande en el Cielo? ¿cómo puede el establo contener a aquel que contiene todo el universo? ¿cómo pueden estar enfajados sus brazos, si su brazo gobierna la Tierra y el Cielo? ¿cómo puede…?” 

He aquí que apareció en el pesebre “la bondad y el amor humanitario de nuestro Dios”. Ahora ya no se trata del Dios de quien se decía “grande es nuestro Dios e infinito su poder”. Ahora hay que decir: pequeño es nuestro Dios e infinito su amor. Él no temió la materia; se revistió de ella. No receló de la condición humana, a veces trágica y en muchos aspectos, absurda. Entró totalmente en ella para nunca más salir de ella. Por eso, a pesar de las tribulaciones y angustias del tiempo presente todavía podemos celebrar, reunir a la familia, cenar e intercambiar regalos. Para millares, gracias a la Acción de la Ciudadanía y de Navidad sin Hambre, habrá comida en la mesa y alegría en los ojos.

Hermanos y hermanas, en este día miremos hacia nuestros “morros” (colinas), a nuestros pobres de la calle. Y miremos profundo: ellos están grávidos de Jesucristo. Él suplica nacer de nuevo mediante nuestra solidaridad, com-pasión y fra-ternura.
De nada vale que Jesús nazca en Belén 

Si no nace en ti de nuevo.
No lo busques en el más allá.
Hazlo nacer del pueblo.



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 El Niño, el buey y la mula - LEONARDO BOFF.
 
Los evangelios no hablan del buey y la mula que habrían estado en el pesebre junto a Jesús sobre las pajas. Pero la tradición habla de ellos. Su historia es conmovedora y encanta a niños y adultos. Y en estos tiempos ecológicos adquiere un significado especial. Vamos a contar la verdad de esta historia antigua que es narrada a su manera en cada lengua. 

Un campesino tenía un buey y una mula muy viejos e inservibles para el trabajo en el campo. Se había encariñado con ellos y le habría gustado que muriesen de muerte natural, pero se consumían día a día. Así que resolvió llevarlos al matadero. Cuando tomó la decisión se sintió mal y no consiguió dormir en toda la noche. 

El buey y la mula notaron que había algo raro en al aire. Movían inquietos sus osamentas sin poder dormitar. La vida había sido dura. Habían pasado por varios dueños. De todos habían recibido muchos palos. Era su condición de animales de carga. 

Hacia la media noche, de repente sintieron que una mano invisible los conducía por un estrecho camino hacia un establo. Decían entre sí: «¿Qué nos obligarán a hacer en esta noche fría? Ya no tenemos fuerzas para nada». 

Fueron conducidos a una gruta donde había una lucecita trémula y un pesebre. Pensaban que irían a comer algo de heno. Quedaron maravillados cuando vieron que allí dentro, sobre unas pajas, tiritando, estaba un lindo recién nacido. Un hombre inclinado, José, procuraba calentar al niño con su aliento. El buey y la mula comprendieron inmediatamente. Debían calentar al niño. También con su aliento. Acercaron sus hocicos. Cuando percibieron la belleza y la irradiación del niño sus viejos esqueletos se estremecieron de emoción. Y sintieron un fuerte vigor interno. Con sus hocicos bien cerquita del niño empezaron a respirar lentamente sobre él, y así se fue calentando. 

De repente, el niño abrió los ojos. «Ahora va a llorar», dijo la mula al buey, «verás que le asustaron nuestros feos hocicos». El niño, por el contrario, los miró amorosamente y extendió su pequeña mano para acariciar sus hocicos. Y seguía sonriendo, como si fuera una cascada de agua. 

«El niño ríe», dijo José a María. «No para de reír». «Debe ser que le hizo gracia el hocico del buey y la mula». María sonrió y quedó callada. Acostumbrada a guardar todas las cosas en su corazón, sabía que era un milagro de su divino niño. 

El hecho es que los propios animales se sintieron alegres. Nadie les había reconocido ningún mérito en la vida. Y he aquí que estaban calentando al Señor del universo en forma de niño. 

Cuando volvían hacia casa notaron que otros burros y bueyes los miraban con un aire de admiración. Estaban tan felices que al avistar la casa, hasta se arriesgaron a un galope. Y ahí se dieron cuenta de que estaban realmente llenos de vitalidad. 

Volvieron al establo. Por la mañanita vino el patrón para llevarlos al matadero. Ellos lo miraron compungidos, como diciendo: «¡déjanos vivir un poco más!». El patrón los miró sorprendido y dijo: «¿pero son éstos mis viejos animales?, ¿cómo es que están tan vigorosos, con la piel lisa y brillante y las patas firmes y fuertes?» 

Y dejó que se quedaran. Durante años y años sirvieron fielmente al patrón. Pero él siempre se preguntaba: «Dios mío, ¿quién trasformó de repente en jóvenes y robustos a aquella mula y aquel buey tan viejitos?» Los niños, que saben del niño Jesús, pueden darle la respuesta. 

( Leonardo Boff ).
FUENTE : www.servicioskoinonia.org/boff/


FORMACIÓN :




 Los Congresos de Teología que se celebran todos los septiembres en Madrid, organizados por la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, tienen ya su historia. Y es bueno reflexionar un poco sobre su sentido y utilidad.
 
Son encuentros diferentes de los típicos congresos científicos donde se reúnen investigadores e investigadoras para dar cuenta de sus trabajos y comentarlos. Se trata de algo más parecido a los foros que hoy día se multiplican por muchos lugares y sobre diversos temas. La Asociación Juan XXIII quiere poner a disposición de las personas interesadas reflexiones e informaciones actuales acerca de puntos en ocasiones más directa y exclusivamente teológicos (en 2010 el congreso versó sobre Jesucristo) y otras veces de temas también de actualidad contemplados desde la perspectiva teológica, con libertad de espíritu y una visión crítica, libre e independiente dentro de la comunidad eclesial.

El talante general podríamos llamarlo de alta divulgación. Pero lo más importante está en otra parte y, probablemente, es lo que le da a estas reuniones su rasgo más característico.

Los congresos nacieron en el contexto eclesial del Vaticano Segundo y tanto organizadores como participantes estaban imbuidos de aquel contexto que todos quienes lo vivimos conocemos bien y, por cierto, añoramos. En realidad se puede decir que tanto la Asociación Juan XXIII como los mismos congresos fueron modestos frutos del movimiento de renovación que fue y puso en marcha el concilio.

Sin detenernos en análisis o pruebas que estarían fuera de lugar, hay que señalar, para entender uno de los actuales sentidos de los congresos, la involución que, sobre todo desde la segunda mitad del pontificado de Juan Pablo II, ha tenido lugar en la Iglesia. Hasta puede ser que, para cierta gente más joven que no vivió aquellos tiempos, le resulten bastante desconocidos e improbables. Pues bien, los congresos, con su forma de ser y celebrarse, son una especie de testimonio de tales tiempos y, de resultas, de que es posible una vivencia cristiana diferente de la línea “neocon” que hoy día predomina en grandes sectores, sobre todo jerárquicos, de la comunidad eclesial. De paso, sirve para recordar a muchos y muchas participantes “que no estamos solos”.

No sé si exactamente por eso o por otros motivos semejantes los congresos no son vistos con buenos ojos por la jerarquía española. Se encuentran no pocas trabas, de las que una muestra es que haya habido que buscar cobijo y local para celebrarlos en Comisiones Obreras, lo que no deja de resultar curioso. Y que algunas de las personas invitadas a intervenir en los actos no “puedan” hacerlo.

Pero, ¡no importa!. Seguiremos adelante no por deseos de polémicas sino para ofrecer una alternativa en la línea que acabo de señalar. En cuanto a la temática de los congresos, se pretende no imponerla sino más bien partir de la encuesta que cada año se realiza al final de las sesiones entre quienes participan. Una cuestión más de democracia que otra cosa.

Por ello no es de extrañar, en el ambiente español actual, que se haya elegido para este año algo que tiene que ver con los movimientos sociales y los mercados. Lo cual, por otra parte, si bien se mira, tiene mucho que ver con el Evangelio vivido hoy en el contexto real y social. En el fondo se trata de aplicar a nuestra realidad los principios evangélicos de pobreza, solidaridad y amor a los demás. No de una manera individualista o ideal, fuera del mundo de la gente, sino encarnada en nuestra sociedad.

Las personas invitadas a presentar ponencias se suelen escoger en consonancia con el modo de ser y ver las cosas de los congresos. Obviamente, lo teológico es lo más importante, pero no queremos que sea lo único, sino que se trabaje sobre datos reales, por lo cual invitamos a especialistas de otros campos que, por así decir, ofrezcan la materia prima de la reflexión teológica. Y también que intervengan personas que no tienen como profesión la teología, sino que son cristianos y cristianas “normales” y hasta no creyentes, a fin de tener una visión más plural y completa.
Federico Pastor-Ramos -  presidente de la Asociación Juan XXIII.
La Asociación de Teólogos Juan XXIII o Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, es una asociación de teólogos sin animo de lucro constituida en el año 1982. Su nombre honra la memoria de Juan XXIII, quien promovió y llevó a cabo el Concilio Vaticano II. La asociación mantiene principios de la Teología de la Liberación

MENSAJE COMPLETO DEL XXXII CONGRESO DE TEOLOGÍA

Del 6 al 9 de septiembre de 2012 nos hemos reunidos en Madrid cristianos y cristianas de las diferentes tradiciones eclesiales y de todos los continentes para reflexionar sobre Cristianismo, mercado y movimientos sociales, intercambiar experiencias y buscar alternativas. Queremos compartir el siguiente mensaje

1 El mercado-centrismo es la institución suprema del neoliberalismo que convierte a los seres humanos en mercancía y en piezas subalternas del sistema, identifica la justicia con el cumplimiento de la legalidad, dictada por el mercado, y reduce los derechos humanos al derecho de propiedad. El mercado genera situaciones de muerte para millones de seres humanos y para la naturaleza.

2. Vemos con especial preocupación y nos provocan indignación las consecuencias de la crisis, provocada por los poderes financieros, que castiga injustamente a los sectores más vulnerables de la sociedad en todo el mundo, y de manera especial en algunos países de Europa como Grecia, Portugal y España, donde se está produciendo un espectacular incremento de la pobreza en una sociedad con recursos suficientes para satisfacer las necesidades de la población.

3. En medio de esta situación valoramos positivamente los gestos de solidaridad de algunos miembros del clero y de la jerarquía eclesiástica, pero expresamos nuestro malestar e indignación ante el silencio de la Conferencia Episcopal Española, tan locuaz en otras ocasiones y ante otras cuestiones. La sociedad percibe dicho silencio como escándalo y complicidad con quienes han provocado la crisis. Nosotros lo consideramos insensibilidad ante la injusticia, alejamiento del mensaje liberador del Evangelio y falta de compasión con las víctimas. Creemos que tal actitud se debe a la cómoda instalación de la Iglesia institucional en una situación de privilegio. Lo que contrasta con los recortes en todos los terrenos.

4. Nosotros mismos, los participantes en este Congreso, no estamos exentos de contradicciones e incoherencias entre nuestro modo de pensar alternativo y nuestra forma de vivir acomodaticia, nuestra actitud crítica y nuestra práctica conformista; la crítica al consumo y nuestro consumismo; la opción por los pobres y nuestra falta de testimonio de pobreza.

5. La respuesta a la crisis requiere un nuevo paradigma que se traduzca en transformaciones estructurales, revolución de la subjetividad y de las conciencias, de los hábitos de vida y de las relaciones personales, bajo la guía y la prioridad de los valores éticos, presentes en todas las tradiciones religiosas, morales y espirituales, si bien con frecuencia incumplidos. Entre ellos cabe destacar: la dignidad humana frente al trato inhumano que reciben millones de seres humanos; el respeto a la vida, contra la violencia en sus diversas formas; la justicia global; la verdad, la honradez y la igualdad de género.

6. Reconocemos la importancia de los movimientos sociales, que constituyen mediaciones necesarias para transformar la realidad; son alternativa al pensamiento único y a la globalización neoliberal; recuperan valores que parecían en vías de extinción y se rebelan contra una realidad caracterizada por la explotación, la dominación y la tendencia a reducir la razón a mero cálculo.
Especial significación ha reconocido el Congreso al feminismo como teoría de la emancipación y de la igualdad no clónica entre hombres y mujeres; práctica de la sororidad internacional y defensa de las reivindicaciones de las mujeres, que, con frecuencia, se ven relegadas en nombre de "intereses generales superiores", incluso en los propios movimientos sociales.

8. No podemos instalarnos en el pesimismo y el fatalismo históricos. Existen alternativas. Por eso apoyamos y hacemos nuestras las iniciativas siguientes para salir de la crisis: creación de una asamblea constituyente, desobediencia civil, banca ética, tasa Tobin, reparto del trabajo, universalización de los servicios sociales, reconocimiento de la ciudadanía a todos los residentes en nuestro territorio, pactos de ayuda mutua sin subordinación, soberanía alimentaria, cambio en los modelos de producción, etc.

9. Como cristianas y cristianos nos comprometemos a:
. Recuperar la herencia de Jesús, que se caracteriza por la opción por los excluidos y marginados, la compasión como principio de actuación y la afirmación de la autoridad de los que sufren.
. Seguir el espíritu y la práctica de Jesús, que consiste en humanizar el mundo comenzando por los últimos, luchar contra el olvido de las víctimas y ponernos de su lado.
. Afirmar la incompatibilidad entre Dios y el Dinero y luchar contra el Imperio del Dinero.
. Practicar la resistencia al sistema desde la no violencia activa
. Participar activamente en los movimientos sociales, los antiguos y los nuevos, y de manera especial en los diferentes Foros Sociales, que trabajan por "Otro Mundo Posible", y en el movimiento de los Indignados, en cuyo horizonte se sitúa Jesús de Nazaret, Indignado con las autoridades religiosas, el patriarcado y los poderes políticos y económicos de su tiempo.
Madrid, 9 de septiembre de 2012.

Cantata de la Misa Tierra sin Males. 
Pedro Casaldáliga. Pedro Tierra. Martín Coplas.

 Los autores de la Cantata son los poetas Pedro Casaldáliga y Pedro Tierra. El argentino Martín Coplas ha compuesto la música de la obra. La Asociación Tierra Sin Males ha rescatado las partituras y las ha publicado en un libro en el que se adjunta un CD con la obra musical que se interpretó en Brasil. El libro y el CD están publicado por la Editorial Nueva Utopía


La cantata es una clara denuncia de la "masacre secular", -quizá uno de los mayores genocidios de la historia de la humanidad-, de los "imperios de exterminio", que predominantemente portugueses y españoles realizaron con el llamado "descubrimiento de América". 90 millones de indios de numerosos pueblos, etnias y culturas, fueron prácticamente sometidos a la esclavitud y exterminados en nombre de una cultura occidental "supuestamente cristiana".
Pedro Casaldáliga afirma que "los Pueblos Indígenas del Continente, además, tan diversificados en su cultura y en sus realizaciones, fueron reducidos, por los Pueblos Conquistadores, a la categoría anónima y arrasada de "Indios". Apenas conocidos como Indios, como Indios fueron saqueados y relegados a los manuales y a las vitrinas".
En el concierto colaboran Zafra-Folk, la Capilla Clásica de Soria-San José y la Coral de San Leonardo.


Zafra- Folk nace en 1985 para reinterpretar unas canciones de Violeta Parra. Fue el primero de sus 7 discos. Cuenta con un importante repertorio de más de 200 canciones. Ha ofrecido más de 1.000 conciertos por toda la geografía española, checa, francesa y portuguesa.
La Capilla Clásica de Soria - S. José nace en 1997 con su actual director, Jesús Cesar Barriales y un grupo de cantores. Participa habitualmente en celebraciones religiosas como la Misa de S. Saturio y eventos musicales como el Maratón Musical Soriano. Colabora con organismos oficiales como la Diputación, el Ayuntamiento de Soria, la UNED, la Escuela Oficial de Idiomas y varias ONG,s.
La Coral San Leonardo, nace en 1997 con el apoyo del Ayuntamiento y Parroquia de San Leonardo, bajo la dirección de Jesús Cesar Barriales, su actual director. Participa cada año en celebraciones religiosas de S. Leonardo. Ha ofrecido conciertos en diversas ciudades españolas. Desde 1999 participa en los conciertos de la Capilla Clásica de Soria - San José.

Estas formaciones interpretarán la cantata escrita por Pedro Casaldáliga y PedroTierra a la que le ha puesto música Martín Coplas. Casaldáliga es un gran humanista, defensor de los pueblos indígenas, - lo cual le ha ocasionado varias amenazas de muerte- candidato al premio Nobel de la Paz, obispo emérito de Sao Felix de Araguaja (Brasil) y presidente de Honor de la asociación soriana Tierra sin males.


Pedro Tierra es brasileño, milita en el PT brasileño (Partido de los Trabajadores), sufrió 5 años de cárcel bajo la dictadura militar de su país. Actualmente es secretario de cultura do Distrito Federal (Brasília).

Martin Coplas es argentino, descendiente de los indios Quéchuas. Compositor, arreglista e intérprete, desarrolla un trabajo profundo en el rescate y restauración de las formas de la música autóctona de Amerindia.

Pedro Casaldáliga está íntimamente ligado a Soria por varias razones: admira a Antonio Machado, uno de sus poetas preferidos. La Asociación Tierra Sin Males nació de un viaje y un encuentro con él en Brasil, para apoyarle en su ingente labor de defensa de los mas desfavorecidos. Se ha querido hacer presente en el estreno de la Cantata ,mandando un mensaje:

Esa Soria "fría y pura"
caliente de solidaridad
y apasionada por una Tierra Sin Males,
presenta por primera vez en España y en Europa
la cantata de la Misa de la Tierra Sin Males.
Un clamor de plena actualidad
porque siguen los 500 años de colonización e imperialismo,
ahora en versión capitalista-neoliberal
prohibiendo millones de vidas humanas
y la identidad y libertad
de los pueblos del tercer y cuarto mundo.
Tenemos el derecho y la obligación
de avivar la memoria,
de azuzar el remordimiento y de provocar el compromiso.
La Causa Indígena es una Causa Mundial.
La utopía indígena es un servicio radical a la utopía
de ese Otro Mundo Posible.
La Tierra Sin Males es el soñado planeta,
casa común de la única y plural Humanidad.
La Cantata confiesa una gran deuda histórica
y al mismo tiempo asume el grito, el llanto, el canto,
de los pueblos de Abia-Yala.
Con ellos,
todos/todas reafirmamos
nuestro paso irreversible
hacia la Tierra Sin Males.

 

Apertura

En nombre del Padre de todos los Pueblos,
Maira de todo,
excelso Tupá.
En nombre del Hijo
que a todos nos hace hermanos.
En la Sangre mezclada con todas las sangres.
En nombre de la Alianza de la Liberación.
En nombre de la Luz de toda Cultura.
En nombre del Amor que está en todo amor.
En nombre de la Tierra-sin-males,
perdida en el lucro, ganada en el dolor.
En nombre de la Muerte vencida,
en nombre de la Vida,
cantamos, Señor.

MEMORIA PENITENCIAL
Herederos de un Imperio de exterminio,
hijos de la secular dominación,
queremos reparar nuestro pecado,
venimos a celebrar la nueva opción,
Resurrección:
_en la Cena de la Muerte y de la Vida,
la antigua memoria perdida;
_La muerte de los Pueblos del pasado,
en la Fiesta del Pueblo esperado:
Resurrección;
_la Historia de América entera,
en esta memoria de Liberqación;
_en la Pascua del Resucitado,
la Pascua Amerindia
todavía sin Resurrección...Resurrección...
sin Resurrección
Solo
Yo soy América,
soy el Pueblo de la Tierra,
de la Tierra-sin-males,
el Pueblo de los Andes,
el Pueblo de las Selvas,
el Pueblo de las Pampas,
el Pueblo del Mar...
Del Colorado,
del Tenochtitlán,
del Machu-Pichu,
de la Patagonia,
del Amazonas,
de los Siete Pueblos del Río Grande...
_Yo soy Apache.
_Yo soy Azteca.
_Yo soy Aymara.
_Yo soy Araucano.
_Yo soy Maya.
_Yo soy Inca.
_Yo soy Tupí.
_Yo soy Tucano.
_Yo soy Yanomami.
_yo soy Aymoré.
_Yo soy Irantxe.
_Yo soy Karajá.
_Yo soy Tapirapé.
_Yo soy Terena.
_Yo soy Xavante.
_Yo soy Kaingang.
_Yo,Guaraní.
Y con canto Guaraní
todo el Resto del Continente,
todos los Pueblos de mi Pueblo,
cantan ahora su lamento.
_Hermanos, venidos de fuera,
si quereis ser hermanos,
escuchad mi canto.
Blancos
_Queremps escuchar,
de corazón abierto,
con la mano del remordimiento
sobre el ara del pecho.
Queremos reparar
la Historia de esta Tierra,
masacre secular.
Solo
_Yo tenía una Cultura de milenios,
antigua como el Sol,
como los Montes y los Ríos
de la gran Lacta-Nama.
Yo plantaba los hijos y las palabras.
Yo plantaba el maíz y la mandioca.
Yo cantaba con la lengua de las flautas.
Yo danzaba, vestido de claro de luna,
adornado de pájaros y palmas.
Yo era la Cultura en armonía con la Madre Naturaleza.
Blancos
_Y nosotros la destruimos,
llenos de prepotencia,
negando la identidad
de los Pueblos diferentes,
todos Familia Humana.

Pedro Casaldáliga




IN MEMORIAM
 ¡Gracias Señor por el regalo de la vida de Mons.Martini y que lo disfrutes en tu compañía!.

  Mons. Carlo Maria Martini. 

Fuente de inspiración cristiana y humana.
dos textos que hablan del acontecimiento de su resurrección
y un texto que escribió Pedro Casaldaliga.

 Manolo


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ENTREVISTA A LEONARDO BOFF:


 


   


ENTREVISTA A GUSTAVO GUTIERREZ CLICK AQUÍ PARA VER VIDEO YOUTUBE
  



 PALABRAS DE PEDRO CASALDÁLIGA


PADRENUESTRO:  


SANTA MARÍA DE NUESTRA LIBERACIÓN
PEDRO CASALDÁLIGA

María de Nazaret, esposa prematura de José el carpintero,
aldeana de una colonia siempre sospechosa,
campesina anónima de un valle del Pirineo,
rezadora sobresaltada de la Lituania prohibida, indiecita masacrado de El Quiché,
favelada de Río de Janeiro,
negra segregada en el Apartheid,
harijan de la India,
gitanilla del mundo;
obrera sin cualificación, madre soltera, monjita de clausura;
niña, novia, madre, viuda, mujer.

Cantadora de la Gracia que se ofrece a los pequeños,
porque sólo los pequeños saben acogerla;
profetisa de la Liberación que solamente los pobres conquistan,
porque sólo los pobres pueden ser libres:
queremos crecer como tú,
queremos orar contigo,
queremos cantar tu mismo Magníficat.

Enséñanos a leer la Biblia -leyendo a Dios-
como tu corazón la sabía leer,
más allá de la rutina de las sinagogas
y a pesar de la hipocresía de los fariseos.

Enséñanos a leer la Historia
-leyendo a Dios, leyendo al hombre-
como la intuía tu fe,
bajo el bochorno de Israel oprimido,
frente a los alardes del Imperio Romano.

Enséñanos a leer la Vida
-leyendo a Dios, leyéndonos-
como la iban descubriendo tus ojos, tus manos, tus dolores, tu esperanza.

Enséñanos aquel Jesús verdadero,
carne de tu vientre, raza de tu pueblo, Verbo de tu Dios;
más nuestro que tuyo, más del pueblo que de casa,
más del mundo que de Israel, más del Reino que de la Iglesia.
Aquel Jesús que, por el Reino del Padre, se arrancó de tus brazos de madre
y se entregó a la muchedumbre,
solo y compasivo, poderoso y servidor, amado y traicionado,
fiel ante los sueños del Pueblo,
fiel contra los intereses del Templo,
fiel bajo las lanzas del Pretorio,
fiel hasta la soledad de la muerte

Enséñanos a llevar ese Jesús verdadero
por los callados caminos del día a día,
en la montaña exultante de las celebraciones,
junto a la prima Isabel,
y a la faz de nuestros pueblos abatidos que, a pesar de todo, Lo esperan.

María nuestra del Magníficat,
queremos cantar contigo,
¡María de nuestra Liberación!

Contigo proclamamos la grandeza del Señor, que es el único grande,
y en ti nos alegramos contigo, porque, a pesar de todo, Él nos salva.

Contigo cantamos, María, exultantes de gratuidad,
porque Él se fija en los insignificantes;
porque su poder se derrama sobre nosotros en forma de amor;
porque Él es siempre fiel,
igual en nuestras diversidades,
único para nuestra comunión,
de siglo en siglo, de cultura en cultura, de persona en persona;
porque su brazo interviene históricamente
-por intermedio de nuestros brazos, inseguros pero libres-
y porque un día intervendrá, definitivamente Él;
porque es Él quien desbarata los proyectos de las transnacionales
y sostiene la fe de los pequeños
que se organizan para sobrevivir humanamente;
porque vacía de lucros los cofres de los capitalistas
y abre espacios comunitarios
para el plantío, la educación y la fiesta
en favor de los desheredados;
porque derriba de su trono a todos los dictadores
y sostiene la marcha de los oprimidos
que rompen estructuras en busca de la Liberación;
porque sabe personar a su sierva, la Iglesia,
siempre infiel creyéndose señora,
siempre amada escogida, sin embargo,
por causa de la Alianza que El hizo un día con la sangre de Jesús.

María de Nazaret, cantadora del Magníficat, servidora de Isabel:
¡quédate también con nosotros, que está por llegar el Reino!;
quédate con nosotros, María,
con la humildad de tu fe, capaz de acoger la Gracia;
quédate con nosotros,
con el Verbo que iba creciendo en ti,
humano y Salvador, judío y Mesías, Hijo de Dios e hijo tuyo,
nuestro Hermano,
Jesús.

FUENTE:http://caminomisionero.blogspot.com/2010/12/santa-maria-de-nuestra-liberacion.html

  MISA CAMPESINA -CANTO POPULAR A A LA SANTA MISA- La introducción del canto popular a la Santa Misa a raíz del Concilio Vaticano II fué una de las motivaciones de Mejía Godoy para componer la obra. Aunque invitó a varios artistas, pués su idea era hacer un trabajo de taller, al final tuvo que componerla solo. Godoy se fué a Solentiname, un archipiélago situado en el extremo sureste del "Lago de Nicaragua" en Nicaragua, reconocido por su comunidad de artistas. Algunos eventos que influenciaron a Mejía Godoy fueron: circunstancias familiares de infancia que lo marcaron religiosa y musicalmente; sus estudios en el Colegio Salesiano; sus intensiones de volverse sacerdote; la muerte del Che Guevara; la inmolación de Leonel Rugama; el nacimiento de la Nueva Trova; y la creación de un conglomerado de jóvenes que ven en la Iglesia Popular una alternativa, ante lo que sienten la traición de la Iglesia jerárquica de cara a la realidad de Nicaragua. [1] La misa iba a ser inaugurada la Plaza de los Cabros. Fernando Cardenal celebraria la Misa. Entonces llegó la Guardia interrumpiendo la actividad. Días después el Arzobispo publicó un edicto prohibiéndola. 

EL CREDO







Religión y lucha de clases

Autor: François Houtart



Para poder hablar de los dos pontificados en relación con el continente, es bueno recordar un poco la historia contemporánea del catolicismo latinoamericano.



Antes del Concilio Vaticano II hubo un inicio de renovación interna del catolicismo, con la influencia muy específica de la acción católica y más particularmente de la JOC (Juventud Obrera Cristiana). Varios sacerdotes que habían conocido la JOC en Europa, la iniciaron en casi todos los países de América Latina y del Caribe. Hubo, por ejemplo, un congreso de la JOC de América Central y del Caribe en La Habana en el año 1953. Estos núcleos fueron al origen de muchas otras renovaciones, en el campo del pensamiento y de la acción social, en la liturgia y en la pastoral en general. En varios países, la acción de la JOC fue acompañada por una acción dentro del medio estudiante, con la JUC (Juventud Universitaria Católica).



Cuando se creó el Consejo Epíscopal Latinoamericano (CELAM), en el año 1955, en Río de Janeiro, la mayoría del episcopado latinoamericano no se interesó mucho en este órgano nuevo que apareció como una superestructura impuesta por Roma. Una manifestación interesante de esta percepción, fue el hecho de que la mayoría de los obispos propusieron establecer la sede en Roma y que fue el Papa Pio XII quien eligió la segunda propuesta de los obispos, la ciudad de Bogotá. Por la misma razón, los obispos en general eligieron como representantes en el CELAM, a los obispos que ya tenían contactos internacionales. El resultado fue que el CELAM fue a su inicio constituido por los obispos más abiertos del continente. En este sentido no representaba realmente la mentalidad general de las Iglesias locales del continente. Sin embargo, eso permitió al CELAM desarrollar un dinamismo bastante grande y promover una reflexión sobre varios puntos de la Iglesia latinoamericana.



Entre los años 1958 y 1962, la Federación internacional de los Institutos de Investigación sociorreligiosa realizó una gran encuesta sobre la situación del catolicismo en el contexto demográfico, social y cultural de América Latina; fue publicada en 43 volúmenes. Personalmente, he tenido el privilegio de coordinar este trabajo. Estuvo listo exactamente al momento que Juan XXIII anunció el Concilio Vaticano II. Dom Helder Camara que era vice-presidente del CELAM en ese momento, junto con Mgr Larrain, obispo chileno, pidió hacer un resumen de este estudio para distribuirlo en varias lenguas a todos los obispos, durante la apertura del Concilio Vaticano II. La idea era dar a conocer la problemática del catolicismo latinoamericano al episcopado mundial.



Durante el Concilio, el CELAM jugó un papel muy importante. La mayoría de los obispos europeos pensaba que el episcopado latinoamericano seguiría la tendencia bastante conservadora de los obispos españoles o portugueses. Ese no fue el caso, porque el CELAM tomó el papel de liderazgo de un episcopado por otra parte relativamente conservador. De hecho, la mayoría se alineó con los obispos más progresistas de Europa, especialmente de Francia, Bélgica, Holanda y Alemania. Esto tuvo un impacto enorme sobre la orientación del Concilio Vaticano II, que gracias al aporte bastante masivo de los obispos latinoamericanos, fue un Concilio de profundo carácter reformador.



Después del Concilio, durante 4 años, el CELAM impulsó un gran número de reuniones en el continente, sobre los varios aspectos de la renovación interna del catolicismo, con el fin de preparar la conferencia de Medellín en 1968. Los temas fueron : la doctrina social de la Iglesia, la pastoral, la liturgia, la acción de los laicos, etc. En Medellín, dos iniciativas recibieron un apoyo oficial del Episcopado : las Comunidades eclesiales de base y la Teología de la liberación. Ya durante la preparación de esta conferencia, la tensión entre la Santa Sede y el CELAM fue grande. El Papa Pablo VI, después del Concilio, temió lo que él estimaba ser desviaciones y excesos en varios tipos. Siendo una personalidad relativamente temerosa, él empezó a frenar algunos de los movimientos en curso. La Curia romana, que no había sido transformada con profundidad por el Concilio Vaticano II, añadió todo su peso para empezar un trabajo de recuperación de lo que se había cambiado durante el Concilio Vaticano II. Uno de los artesanos de esta orientación fue el Cardenal Samore, a cargo de la Comisión Pontífica para América Latina y que tenía la responsabilidad de las relaciones con el CELAM.



Después de la Conferencia de Medellín que fue un éxito muy grande y que tuvo un impacto importante sobre el catolicismo de América Latina, empezó, dentro del CELAM, todo un movimiento de recuperación. Eso se realizó en particular cuando Mgr López Trujillo, de Colombia, fue nombrado en la reunión de Sucre, secretario general del CELAM. Durante la preparación de la Conferencia de Puebla, el CELAM trató de orientar el pensamiento y las decisiones en una dirección muy conservadora. Hubo resistencias fuertes y la Conferencia de Puebla no resultó tan exitosa para la corriente reaccionaria. Sin embargo, el hecho de controlar los órganos de la Santa Sede y del CELAM, fue para los conservadores un factor importante de orientación del futuro. Es en este clima que la elección de Juan Pablo II tomó lugar y aceleró el proceso de una restauración bastante dura, no solamente del catolicismo latinoamericano, sino de la Iglesia católica en general.



Juan Pablo II



Juan Pablo II, cuando fue elegido Papa, era un obispo moderno, pero conservador. Moderno, porque era alpinista, autor de obras profanas, profesor de filosofía, capellán de estudiantes. Conservador, porque su experiencia polaca dentro de un país gobernado por un partido comunista en gran medida impuesto desde el exterior, lo hizo pensar que la necesidad de una Iglesia fuerte tenía la prioridad. El laicado progresista polaco se alegró del nombramiento de Carol Woitila, porque esperaban una orientación más abierta que la del Cardenal Vichinski, de Varsovia. De hecho el resultado fue todo lo contrario. En la mente del nuevo arzobispo, la Iglesia tenía que reforzar su unidad, para no perder peso frente a un gobierno hostil.



Una vez elegido Papa, Juan Pablo II definió de manera más precisa los dos grandes enemigos de la Iglesia en el siglo XX : el comunismo y el secularismo de la sociedad occidental. Para afrontar estos dos obstáculos, era necesario, para él, reforzar la Iglesia y por eso tener una doctrina muy clara, una moral estricta y una organización coherente. Es por eso que definió su pontificado en gran parte alrededor de estas dos líneas. En mi opinión, se trata de la clave de explicación de la gran mayoría de sus tomas de posición, tanto desde un punto de vista eclesial, que ecuménico o social.



Frente al continente latinoamericano, eso se tradujo en dos grandes orientaciones. Primero hubo la condenación de la Teología de la liberación. Desde el principio, Juan Pablo II fue muy atento al hecho que esta teología tomaba como punto de partida la conflictiva realidad social y como análisis para conocer mejor la realidad social, un método marxista. Para él, eso era inaceptable. Fue muy combativo desde el principio. Esto no solamente se explica por el anticomunismo, que se podía entender en función de su experiencia pasada. En su visión, este tipo de teología era también muy peligroso para el carácter jerárquico de la autoridad en la Iglesia. Si la referencia epistemológica no era ya la revelación divina, canalizada por la autoridad eclesiástica, sino la experiencia existencial de los pueblos, eso significaba una pérdida seria de la base misma de la autoridad.



La concepción de la Iglesia de Juan Pablo II no podía aceptar este tipo de pensamiento teológico. Es por eso que encargó al Prefecto de la Congregación de la Defensa de la Fe, el Cardenal Josef Ratzinger, de empezar, al interior de la Iglesia, la oposición sistemática a la Teología de la liberación. Hablaremos más en detalle de eso en la segunda parte de este trabajo. El resultado fue la suspensión de varios teólogos como Leonardo Boff y la reducción al silencio de varios otros. El control de las escuelas de teología, especialmente los seminarios y los centros de formación pastoral fue siempre más grande, hasta eliminar la Teología de la liberación de todos los lugares controlados por la Iglesia católica. El resultado no fue su desaparición , sino la pérdida de canales de difusión y de elaboración de este pensamiento teológico.



Sabemos que el documento de Santa Fe, preparando la elección de Ronald Reagan en los Estados Unidos, tenía como un punto de referencia, la lucha contra la Teología de la liberación en América Latina. Los Republicanos norteamericanos habían entendido que eso era un problema ideológico y que de poder motivar los cristianos en su compromiso social radical era un peligro real. De hecho, la elección de Ronald Reagan coincidió con la lucha interna polaca contra el régimen comunista y la emergencia del sindicato Solidarnosc. Hubo una alianza por lo menos tácita entre los dos poderes, el del gobierno norteamericano ayudando a Solidarnosc, en gran parte vía los órganismos católicos y la Santa Sede y por otra parte, el del Papa Juan Pablo II condenando la Teología de la liberación en América Latina.



La acción de Juan Pablo II se manifestó en particular durante sus viajes y eso en dos líneas principales. La primera fue el apoyo a la devoción popular y a la atracción que su presencia ejercía sobre los pueblos. Era una acogida muy sincera de parte de los medios populares, felices de ver por la primera vez un Papa. Evidentemente, el carácter casi sagrado en los ojos de la gran mayoría de los fieles del papel del Sumo Pontífice, poseía en las reuniones masivas y los actos religiosos un carácter ambiguo. Por una parte, la expresión de religiosidad era auténtica dentro de la cultura popular, por otra parte la utilización de este sentimiento permitía apoyar una autoridad jerárquica y ampliar su base social.



En realidad, los efectos de los viajes papales fueron relativamente de corto plazo. Se trataba de un evento puntual, legítimo en una expresión religiosa y popular, pero sin mucho impacto pastoral. La principal consecuencia, en la mayor parte de los casos, fue el reforzamiento de los movimientos católicos conservadores o aún reaccionarios, como el Opus Dei, los Nuevos Catecumenos, los Legionarios de Cristo, la Ciudad de Dios (Nicaragua), Comunio y Liberatio, etc.



La otra línea de acción del Papa Juan Pablo II fue la lucha contra el comunismo y el marxismo. Ya hemos hablado de la Teología de la liberación y de las Comunidades eclesiales de base, donde el Papa veía una influencia no solamente socialista, sino marxista. Juan Pablo II se interesó en particular a América central y al Caribe. Las contradicciones sociales y la falta de democracia estaban llevando las poblaciones des estas regiones a un deseo de cambio radical, más allá de la simple eliminación de regímenes totalitarios.



Es en particular el viaje a Nicaragua uno de los que más llamó la atención. Los Sandinistas estaban en el poder y la guerra de los Contras, apoyada por los Estados Unidos, estaba ya en camino. El Papa había recibido un informe del episcopado nicaragüense, escrito por el sociólogo Belli, describiendo el conflicto entre el régimen político y la Iglesia católica, en términos de persecución. Eso le convenció que se trataba de la instalación de un régimen en vía de ser comunista. Por eso se necesitaba movilizar a los católicos en contra de su consolidación. Un informe en sentido contrario llegó también en la mesa del Papa, pero fue totalmente ignorado.



Al llegar a Managua, Juan Pablo II afirmó la necesidad de la unidad de la Iglesia frente al peligro político. Eso explica su dura condenación a lo que él llamo "la Iglesia popular", es decir las Comunidades de base. Hizo lo mismo con los contactos ecumenismo fuera del control de la jerarquía, es decir el hecho de que cristianos de varias Iglesias lucharan en conjunto dentro del proceso revolucionario. Por otra parte, el Papa insistió en la obediencia a los obispos, la Iglesia como entidad única. Cuando se supo cuál era la posición del episcopado nicaragüense frente al sandinismo, este llamado tomó un carácter político bastante claro. La profunda convicción del Sumo Pontífice le llevó a confrontaciones y aun provocaciones de su parte, nunca antes vistas. Al llegar al aeropuerto y de nuevo a la salida, se quejó del hecho que tantos Nicaragüenses habían sido impedidos de encontrarlo. Cuando se considera que hubo 100 000 personas en León y 700 000 en Managua, de una población de 4 millones de habitantes, esta afirmación puede parecer por lo menos impropia. Además, el Gobierno había consagrado el equivalente de un mes de consumo de gasolina para el transporte de los peregrinos y eso en medio de una guerra de "baja intensidad".



Las lecturas de la misa de Managua fueron utilizadas en un sentido político y el mensaje de bienvenida de Monseñor Obando y Bravo fue también muy claro en este sentido. La homilía del Papa fue bastante agresiva y varias veces pidió de manera dura el silencio de la asamblea. Los centenares de miles de personas simples, y a menudo muy pobres, que habían venido para celebrar la visita del pastor, regresaron a sus casas con la impresión de una fiesta fracasada, sin saber realmente porque.



Al contrario, cuando el Papa hizo su visita a Cuba, su actitud fue muy diferente. Como en otros países socialistas europeos, la posición adoptada por Juan Pablo II fue de aceptar el hecho que existía un poder comunista y que se necesitaba actuar de poder a poder. Evidentemente la situación de Cuba era muy diferente de Polonia, donde el Papa inicio un proceso de critica muy severa de un socialismo ateo, impuesto en gran medida por el exterior. Para el papa, el comunismo cubano estaba al fin de su existencia y no valía la pena adoptar una actitud muy agresiva, sino ayudar a la aceleración del proceso. Él confirmó esta interpretación a su regreso a Roma, tres días después de su regreso de la isla, cuando encontró un grupo de peregrinos polacos a quienes declaró que los resultados de su visita a Cuba serían similares a los de su primera visita a Polonia.



Los discursos del Papa sobre la realidad cubana hicieron el silencio sobre la revolución. Él habló de los origines cristianos de la cultura y de la historia del país y también de situaciones graves, especialmente en el campo de la familia, atribuyendo eso de manera indirecta a la revolución cubana, sin jamás citar a esta última. Era muy claro al analizar los discursos, que para el Papa, la revolución era un paréntesis en la historia, que tenía que cerrarse lo más pronto posible, al fin de regresar a una situación normalizada, donde la Iglesia podría recuperar su espacio tradicional.



El Papa condenó el embargo de los Estados Unidos contra Cuba, como lo hizo para otras situaciones similares, por ejemplo, a propósito de Irak. Él pensaba que eso afectaba la situación de las poblaciones de manera inaceptable. Su relación con Fidel Castro fue positiva a título personal, los dos tenían una apreciación mutua sincera, a pesar de las diferencias de concepción del mundo. La inteligencia política de Fidel contribuyó a un feliz desarrollo de la visita del Papa, durante la cual ningún incidente se produjo.



En resumen podemos decir que el pensamiento y la acción de Juan Pablo II en América latina a sido de parar la renovación del catolicismo en marcha desde antes del Concilio Vaticano II y muy animada por el Concilio mismo y por la conferencia del CELAM en Medellín en 1968, por temor al comunismo, que representaba para él, por su filosofía atea, el peligro fundamental para un continente mayoritariamente católico y principal base social de la Iglesia. Su política de nombramiento de obispos conservadores, para cambiar las orientaciones de las conferencias episcopales entró en la misma lógica. Solo la conferencia brasileña pudo resistir más tiempo a esta orientación.



Tal política eclesiástica correspondió a la fase neo liberal del capitalismo que afecto duramente el continente latino americano. La disminución de un compromiso radical de los católicos contribuyó también al desconcierto de los movimientos populares. Sin embargo eso no significó la desaparición de las corrientes católicas progresistas social y políticas. Existe todavía una Iglesia comprometida, menos visible que en el pasado, menos apoyada en los centros de poder religioso, pero no menos real. La perdida del apoyo institucional significó de verdad un debilitamiento de la visibilidad y de la comunicación.



El pontificado de Benedicto XVI



Como la elección del nuevo Papa es muy reciente, solamente podemos averiguar en el pasado lo que fue la actitud del cardenal Josef Ratzinger frente a la situación latinoamericana y su concepción de la Iglesia en general. Debemos notar primero que sus tareas en la Congregación de la Defensa de la fe se limitaron a un papel de definición teológica más que de responsabilidad directa en la política eclesiástica.



Como teólogo, de formación muy profesional, él toco casi todos los aspectos de la doctrina y de la moral. Sus posiciones se caracterizaron por una resistencia fuerte a lo que estimaba ser desviaciones, como consecuencia del Concilio Vaticano II. Actuó especialmente en tres campos : la teología, la concepción de la Iglesia y la moral familiar.



Su concepción de la teología no le permitió aceptar la corriente de teología contextual, caracterizada por otros teólogos alemanes, como J.B. Metz, B.Häring o Hans Kung. Esta perspectiva estima que todo pensamiento teológico tiene de ser entendido dentro de su contexto histórico y cultural. Al contrario, el pensamiento teológico de Josef Ratzinger, muy coherente con el de Juan Pablo II, subraya el carácter absoluto de la teología, por su origen en la revelación divina que no soporte desviaciones. La jerarquía tiene por función asegurar la transmisión auténtica de este pensamiento.



Esta teología tiene sus manifestaciones en todos los aspectos, desde el contenido de la fe, hasta la doctrina social, pasando por la teología de la Iglesia y la lectura del papel de Jesús Cristo. En una lógica muy estricta, se concibe la fe católica como la única plena y verdadera, y la misión de la Iglesia de evangelización, como una lucha contra el secularismo, la persona de Jesús como el único salvador, la organización jerárquica de la Iglesia como de inspiración divina. En el plan moral, él se concentré en particular en la moral familiar y desde el principio de su pontificado, el nuevo Papa reafirmó sus posiciones, apoyando en particular los obispos italianos y españoles en sus luchas contra nuevas legislaciones en este dominio.



En referencia con el continente latinoamericano, el caso de la Teología de la liberación ocupó particularmente al prefecto de la Congregación de la Defensa de la Fe. Vale la pena ver un poco más en detalle como él actuó en este asunto.



En marzo de 1983, el cardenal Ratzinger envió al episcopado peruano "diez observaciones" sobre la teología de Gustavo Gutiérrez. El documento romano señalaba en primer lugar la seducción ejercida sobre los católicos del Continente por el autor. Pero, dice el cardenal, la teología de Gutierrez esta caracterizada por una ambigüedad extrema. Por una parte, él da una atención prioritaria a la miseria de las masas pero, por otra parte, adopta sin crítica la interpretación marxista de la sociedad. Con este guión Gustavo Gutiérrez reinterpreta el mensaje cristiano, añade Josef Ratzinger. Se trata pues de una reelectura selectiva y reductora, donde el explotado de hoy es asimilado al pobre de la Biblia y donde eventos, tales como el Éxodo (historia de Moïses que guía el pueblo judío fuera de Egipto), se transforman en liberación política. El cardenal reprocha también a la posición del teólogo peruano de caer en un mesianismo temporal, que confunde el crecimiento del Reino de Dios con el progreso de la justicia.



Dice también el cardenal que la influencia del marxismo se comprueba con el predominio que da la Teología de la liberación a la ortopraxis sobre la ortodoxia. Pretender que la experiencia en la lucha de liberación significa un encuentro con el Señor y que ella manifiesta la presencia del Espíritu, es atentar contra la transparencia de la Revelación y su valor normativo, y también contra el carácter específico de la fe teologal. Además, dice el documento romano, estas posiciones llevan necesariamente a pensar que la lucha de clases atraviesa también la Iglesia y que la oposición entre los hombres de Iglesia comprometidos con el poder por una parte y la Iglesia de los pobres por otra parte, significa lógicamente el rechazo de la jerarquía y de su legitimidad.



Tal lectura de los textos de Gutiérrez es evidentemente parcial, porque no se verifica un tal reduccionismo. Aparece claramente en la mente de Josef Rarzinger una doble preocupación: salvaguardar una concepción ahistórica y metafísica de la teología y conservar el papel exclusivo del magisterio eclesiástico (papa y obispos) para la producción de sentido religioso.



En otro documento del mismo año, el cardenal Ratzinger condenó de manera muy dura la Teología de la liberación, en función de su interpretación marxista de la realidad, haciendo un amalgama entre análisis marxista y ateísmo. Para él, como lo afirmo más tarde, utilizar el análisis social del marxismo lleva ineluctablemente a la perdida de la fe. Evidentemente varios teólogos de la liberación respondieron a estas afirmaciones. Fue el caso de los hermanos Boff del Brasil. Frente a la situación real de las masas latinoamericanas, utilizar el concepto de liberación significa una lectura "de los signos del tiempo" como lo decía Juan XXIII. Este enfoque incluye la dimensión transcendental de la fe, la liberación del pecado y la comunión gratuita con Dios. En cuanto al análisis marxista, dicen los hermanos Boff, constituye una herramienta de análisis de lo real, peligroso tal vez, pero "el mejor que tenemos para dar cuenta de las situaciones vividas". Durante los anos 80 y 90, el cardenal Ratzinger siguió escribiendo en este sentido y puso en marcha un proceso de represión que empezó con la exigencia de silencio y la interdicción de enseñar para varios teólogos en América latina, hasta la excomulgación del Padre Missa Balasuriya de Sri Lanka. Es bajo su influencia que los lugares de formación teológica o pastoral controlados por la Iglesia católica recibieron la prohibición de enseñar la Teología de la liberación.



Se dice que con el cambio de función, el Papa Benedicto XVI podría adoptar posiciones más matizadas, ya que él no cumple con el papel de guardián de la ortodoxia. Por otra parte, para ser elegido, necesitaba los votos de un buen numero de cardenales, ciertamente conservadores, pero no necesariamente tan reaccionarios como él mismo, lo que significó la necesidad de hacer concesiones. El futuro dirá en cuál medida eso se realizara. Sin embargo, es muy difícil pensar que el Papa Ratzinger cambiará posiciones fruto de convicciones profundas y de una posición teológica radicada en lo absoluto que no permite concesiones.



Podemos apostar que la continuidad de un proceso de restauración será la orientación del nuevo pontificado, tal vez menos explícitamente política, pero más sistemática, y que la renovación del catolicismo latinoamericano, dentro de un proceso social y político hemisférico de resistencia al neoliberalismo, seguirá en una semi-clandestinidad institucional.



* François Houtart, sacerdote, sociólogo, profesor emérito de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, director del Centro Tricontinental de Documentación e Investigación (CETRI), activista del Foro Social Mundial y autor de una vasta obra teórica.




Tomado de Rebelion: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=21110

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DEJA DIVAGAR LA MENTE



Deja que la mente corra por donde le plazca; tan sólo ten cuidado de no seguirla, buscando descubrir a dónde va. Entonces vagará durante un tiempo, por donde su capricho la lleve. Pronto, cansada y exhausta, ¡terminará volviendo a ti! Es como un niño que no sabe nada. Como su madre le sigue y le pide que vuelva, toma coraje y confianza para avanzar en cualquier dirección; pero, si la madre no corre tras él, sino que vuelve calladamente sobre sus pasos, el niño también corre de vuelta hacia ella. Tú prosigue con la remembranza y meditación en el Nombre y Forma divinos que son de tu agrado, de la manera en que estás acostumbrado a hacerlo. De este modo adquirirás la concentración puntual; harás realidad el deseo de tu corazón. (Sai Baba)


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BAJAR DE LA CRUZ A LOS POBRES
José María VIGIL (organizador) Comisión Teológica Internacional de la Asociación Ecuménica de Teólogos/as del Tercer Mundo ASETT / EATWOT Segunda edición (Versión 2.01)
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“Se hallaba un maestro sentado en su escritorio junto a la ventana preparando una charla para sus discípulos. De pronto se oyó algo parecido a una explosión, y vio como la gente corría como enloquecida de un lado para otro. Supo que se había reventado la presa, que el río se había desbordado y que la gente estaba siendo evacuada.
El maestro  se dio cuenta de que el agua había alcanzado ya la calle donde él vivía y tuvo cierta dificultad para dominar el miedo que sentía. Pero se dijo a sí mismo: “Aquí estoy yo preparando una charla sobre la Providencia y ahora tengo la oportunidad de practicar lo que le enseño a otros. No debo huir con los demás sino quedarme aquí y confiar en que Dios me va a salvar.
Cuando el agua llegaba ya a la altura de su ventana pasó una barca llena de gente. ‘¡Salte adentro maestro!’, le gritaron. ‘No hijos míos’, respondió el maestro lleno de confianza. ‘Yo confío en Dios y El me va a salvar’.
El Maestro se subió al segundo piso y cuando el agua llegó hasta allí pasó otro bote lleno de gente que le gritaba que se subiera. Pero él se volvió a negar. Entonces se encaramó en lo alto del techo y cuando el agua ya le llegaba a las rodillas llegó un policía a rescatarlo en un bote de motor. ‘Muchas gracias —le dijo sonriendo—, pero ya sabe que yo confío en Dios y El no me va a defraudar’.
El Maestro se ahogó y fue al cielo y lo primero que hizo fue preguntarle a Dios: ‘¿Por qué no fuiste a salvarme si yo confiaba en ti?’.
‘Bueno, la verdad es que yo envié tres botes a rescatarte y tú no te montaste en ninguno. ¿No lo recuerdas?’”.

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PADRE NUESTRO LATINOAMERICANO



UNA BELLEZA NUEVA: CLAUDIO NARANJO



















LA BELLEZA DEL PENSAR






  revista Pasos 137


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Un nuevo credo.


Creo en el Dios liberado del Vaticano y de todas las religiones existentes y por existir. El Dios que antecede a todos los bautismos, preexiste antes que los sacramentos y desborda todas las doctrinas religiosas. Libre de los teólogos, se derrama gratuitamente en el corazón de todos, creyentes y ateos, buenos y malos, de los que se creen salvados y de los que se creen hijos de la perdición, y también de los que son indiferentes a los abismos misteriosos del más allá de la muerte.

Creo en el Dios que no tiene religión, creador del Universo, donador de la vida y de la fe, presente en plenitud en la naturaleza y en los seres humanos. Dios orfebre de cada ínfimo eslabón de las partículas elementales, desde la refinada arquitectura del cerebro humano hasta el sofisticado entrelazado del trío de cuarqs.

Creo en el Dios que se hace sacramento en todo lo que acerca, atrae, enlaza y une: el amor. Todo amor es Dios y Dios es lo real. En tratándose de Dios, dice bellamente Rumi, no se trata del sediento que busca el agua sino del agua que busca al sediento. Basta con manifestar la sed y el agua mana.

Creo en el Dios que se hace refracción en la historia humana y rescata todas las víctimas de todo poder capaz de hacer sufrir al otro. Creo en teofanías permanentes y en el espejo del alma que me hace ver a Otro que no soy yo. Creo en el Dios que, como el calor del sol, siento en la piel, aunque sin conseguir contemplar o agarrar el astro que me calienta.

Creo en el Dios de la fe de Jesús, Dios que se hace niño en el vientre vacío de la mendiga y se acuesta en la hamaca para descansar de los desmanes del mundo. El Dios del arca de Noé, de los caballos de fuego de Elías, de la ballena de Jonás. El Dios que sobrepasa nuestra fe, disiente de nuestros juicios y se ríe de nuestras pretensiones; que se enfada con nuestros sermones moralistas y se divierte cuando nuestro arrebato profiere blasfemias.

Creo en el Dios que, en mi infancia, plantó una acacia en cada estrella y, en mi juventud, se asomó cuando me vio besar a mi primera enamorada. Dios fiestero y juerguista, el que creó la luna para engalanar las noches de deleite y las auroras para enmarcar la sinfonía pajarera de los amaneceres.

Creo en el Dios de los maníaco-depresivos, de las obsesiones psicóticas, de la esquizofrenia alucinada. El Dios del arte que desnuda lo real y hace resplandecer la belleza preñada de densidad espiritual. Dios bailarín que, sobre la punta de los pies, entra en silencio en el palco del corazón y, comenzada la música, nos arrebata hasta la saciedad.

Creo en el Dios del estupor de María, del camino laboral de las hormigas y del bostezo sideral de los agujeros negros. Dios despojado, montado en un borrico, sin piedra donde reclinar la cabeza, aterrorizado de su propia debilidad.

Creo en el Dios que se esconde en el reverso de la razón atea, que observa el empeño de los científicos por descifrarle su juego, que se encanta con la liturgia amorosa de cuerpos excretando jugos para embriagar espíritus.

Creo en el Dios intangible al odio más cruel, a las diatribas explosivas, al corazón hediondo de aquellos que se alimentan con la muerte ajena. Dios, misericordioso, se agacha hasta nuestra pequeñez, suplica un suave masaje y pide arrullos, exhausto ante la profusión de idioteces humanas.

Creo, sobre todo, que Dios cree en mí, en cada uno de nosotros, en todos los seres engendrados por el misterio abismal de tres personas unidas por el amor y cuya suficiencia desbordó en esta Creación sustentada, en todo su esplendor, por el hilo frágil de nuestro acto de fe.

Fray Betto










REFLEXIONES.



LECCIONES QUE DEJA EL XI EDAL PARA LA ESCUELA PÚBLICA


CONOCER EL TESTIMONIO DE VIDA DE MONSEÑOR LEONIDAS PROAÑO

Biografía de monseñor Leonidas Proaño
El obispo de los indios

  
“Soy hijo de familia pobre... Nací el 29 de enero de 1910, en San Antonio de Ibarra... Supe, como todos los pobres, lo que es padecer de necesidad y de hambre. ¡La pobreza!... es también un don”. Dice en su autobiografía monseñor Leonidas Eduardo Proaño Villalba.

Sus padres Agustín Proaño Recalde y Zoila Villalba Ponce, fueron campesinos pobres dedicados a tejer sombreros de paja para educar a su único hijo, ya que sus tres hermanos habían muerto tempranamente.
“Tendría 10 u 11 años de edad, empecé a ayudar a mi padre en el trabajo más duro y peligroso que era macetear los sombreros. Duro, porque se rompían las manos, mientras no se formaran callos”.
El 1 de octubre de 1930 ingresa al Seminario Mayor San José de Quito para estudiar Filosofía y Teología y el 4 de junio de 1936, es ordenado sacerdote.

Aprendió de sus padres el amor a los pobres. “Ese amor y respeto a los pobres, particularmente a los indígenas, llegó a formar parte de mi propia existencia. Por esto, he dicho más tarde que no he querido nunca ser traidor a los pobres, pues nací en un hogar pobre y aprendí en ese mismo hogar a amar a los pobres…”
El 26 de mayo de 1954 se consagró Obispo de la diócesis de Bolívar (provincia del Chimborazo y Bolívar), designación hecha por el Papa Pío XII.

Al llegar a Riobamba, avizoró los graves problemas de los campesinos chimborasenses; pues, Mons. Proaño, el Obispo del Indio, su hermano y amigo se entregó por entero a estudiar sus problemas y buscar soluciones adecuadas.
En 1956, siete años antes de que se promulgara la primera ley de Reforma Agraria, Monseñor Leonidas Proaño, al constatar, por un lado, que la Diócesis que dirigía era propietaria de extensas propiedades, y por otro, la situación en la que sobrevivían los indígenas por el despojo de sus tierras, proyecta la entrega de haciendas de la iglesia a los indígenas.

“No se trata de dar una cuadrita a cada individuo. Quiero que la parcelación se efectúe entre cooperativas para que sea de provecho”. De esta manera la iglesia de Riobamba se anticipó al Estado.
En esta diócesis trabajó incansablemente, con decisión y dinamismo, durante 31 años, separándose de la misma por límite de edad (75 años), luego de dejar en el corazón de los campesinos y sus hermanos que lo comprendieron y admiraron, huellas imborrables de una obra redentora, a luz del Evangelio.
“…cuanto he vivido y he aprendido no ha sido extraído de las aulas universitarias de mi país o de algún otro país del mundo, sino de la cantera del pueblo, porque mi Universidad ha sido el pueblo y mis mejores maestros han sido los pobres en general y particularmente los indígenas del Ecuador y de América Latina, considerados en Puebla como “los más pobres entre los pobres”.

Después de muchos años de silencio el indio volvió a hablar en Chimborazo. La Palabra de Dios ayudó al indio a hablar, a pronunciar su auténtica palabra... “Y el Verbo se hizo hombre” y el no-hombre, el estropajo vil y despreciable, se puso en pie y gritó sobre la alta montaña: aquí estoy, aquí existo, estoy vivo, soy hombre.., soy...

Leonidas E. Proaño, Obispo de los Indios, título que primero le fuera proferido como insulto, se convirtió en discípulo del indio, empezó descubriendo en sus andrajos la dignidad del hijo de Dios y puso sus oídos atentos al mínimo balbuceo de sus labios.

Reconoció que la Buena Nueva debe ser anunciada a los pobres y a esa tarea consagró sus esfuerzos.
Como discípulo del indio: observó con devoción sus ritos y costumbres, no condenó sus creencias; defendió tenazmente sus derechos; pacientemente descubrió la Semilla del Verbo en su forma de vida y la propuso como alternativa a nuestra sociedad capitalista, individualista, conflictiva.

La Conferencia Episcopal Ecuatoriana, en mérito al trabajo sacrificado en bien del indio y el marginado, lo designó en 1985, Presidente del Departamento de Pastoral Indígena del Ecuador.

"Me han dicho que soy un Obispo "Rojo", comunista. Yo me confieso cristiano. Un sacerdote, un obispo que se ha esforzado por ser cristiano. Y por lo tanto, no debo tener miedo a las calumnias, las amenazas, ni la muerte. Si trabajar cristianamente por la paz, la justicia y los derechos humanos de los más pobres es ser "rojo", ojalá que todos nos volviéramos siquiera "colorados", dijo durante un homenaje otorgado por el Obispo de la Diócesis de Ibarra, Mons. Luis Oswaldo Pérez Calderón.
“Se trata de buscar la verdad, para que brille, por encima de todo y de todos. Debemos decir la verdad. Debemos hacer la verdad. La verdad se dice con la palabra. La verdad se hace con la actitud. Nada de dobleces ni engaños, porque si aspiramos a ser libres debemos ser esclavos de la verdad…”
En 1962 funda las Escuelas Radiofónicas Populares del Ecuador –ERPE- encaminadas a realizar programas para la alfabetización, educación y evangelización de los pueblos indígenas. En 1985 el Papa Juan Pablo II por petición de los indígenas lo designa “Obispo de Indios”.
En 1967 Inicia la formación de las comunidades eclesiales de base.
"Jesucristo fue entrando en mi corazón y en mi vida desde que fui niño. Él ha sido para mí la manifestación contundente del amor del Padre. Sé por experiencia que me ama. También yo siento por Él un amor apasionado." (Creo en el Hombre y en la Comunidad).

Jesucristo para él no fue una teoría, un conocimiento abstracto... Jesucristo fue para él una persona, Alguien con quien llegó a establecer una relación de tú a Tú... Jesucristo fue su confidente, a la vez que fue su fortaleza... Estas confidencias las realizaba en el silencio profundo cuando se exponía ante el Señor en la Capilla de Santa Cruz, con una respiración acompasada, con los dedos de las manos entrecruzados y entreabiertos como dispuesto a acoger el mensaje y la voluntad de Aquel a quien amaba con "un amor apasionado"...

Como ser humano vive una búsqueda incesante. No se conforma con nada, no se estanca en lo conocido, se lanza a lo desconocido, mantiene un espíritu abierto a todo lo que ocurre en el mundo, en la Iglesia, es fiel a esa aventura de la fe que nos desinstala y no nos permite sentirnos nunca llegados a la meta. Este espíritu de búsqueda lo hace humilde, lo pone en situación de discípulo y no de maestro, en alguna ocasión dirá "soy aprendiz de cristiano".

La aventura de la búsqueda lo lleva a mirar con ojos siempre nuevos la Palabra de Dios, a descubrir la novedad de las enseñanzas de esa Palabra Viva, para llevarlas a la práctica. La fidelidad a la búsqueda es fidelidad a la realidad siempre cambiante, siempre interpelante.

“El método de ver, juzgar y actuar; se hizo carne, hueso y sangre en mi vida, ya no podía hacer de otra manera.", decía Monseñor Proaño. Fiel a su fe cristiana, había optado por "escuchar la Palabra de Dios y ponerla en práctica". Esto dio lugar a un método muy original de la Iglesia de Riobamba que obligaba a quienes trabajaban con él a ir a cualquier reunión desarmados, esto es, dispuestos a ver la realidad, en lo posible con los ojos de la gente que la vive y la sufre, colaborando en ampliar esta visión con una información teórica que ayude a entender las causas y las consecuencias de esa realidad. Luego, se pasaba a comparar esa realidad con lo que Dios esperaba de las personas humanas, esto era el juzgar, o el momento de reflexión más profunda. Y luego venía la "puesta en práctica" de lo que la Palabra nos había dicho, esto era el actuar, la acción de Paulo Freire que desencadenaba un nuevo ver, un nuevo juzgar y un nuevo actuar.
Al final de su libro "Creo en el Hombre y en la Comunidad" dice: "Toda mi vida ha estado llena de luchas y conflictos… Pienso de mí mismo soy un hombre intransigente, cuando se trata de defender valores trascendentales no ciertamente especulativos, sino encarnados en la existencia de los hombres." Amor a la verdad, "He sido intransigente en la defensa de la verdad, porque he querido que los hombres concretos seamos verdaderos". Amor a la justicia, "He sido intransigente en la defensa de la justicia, porque he querido que los hombres practiquemos la justicia." Amor a la libertad, "Lo que más agradezco a mis padres es su permanente educación en la libertad y para la libertad." Amor a la paz, que tiene como cimiento la justicia y el amor, esa paz que "no es un objetivo barato", la paz que se conquista con la lucha por eliminar toda forma de opresión, de explotación, de injusticia, de discriminación. "He sido intransigente en la defensa del Amor y de la Amistad, porque he querido una gran autenticidad en las relaciones humanas." Fidelidad a la denuncia del sistema de pecado y al anuncio del Reino de Dios.

Por petición del movimiento indígena es designado por el Papa Juan Pablo II Obispo de los Indios.
Al final de sus días dirá: estoy convencido de que Dios me ha escogido para cumplir esta misión de contribuir a la liberación del pueblo indígena desde mi puesto de sacerdote y obispo de la Iglesia Católica.
En 1986 recibe el Premio Rothko por la Paz (Houston-EEUU), y en 1988, el Premio Bruno Kreiski (Austria) por la defensa de los Derechos Humanos. Antes de su muerte crea la Fundación Pueblo Indio del Ecuador. Muere el 31 de agosto de 1988 en Quito.
Bibliografía:
Boletín Instituto Científico de Culturas Indígenas. ICCI Año 3, No. 29, agosto del 2001
Fundación Pueblo Indio del Ecuador

2. DIFUNDIR LOS PENSAMIENTOS DE MONSEÑOR PROAÑO SOBRE LA PAZ

La Paz es fruto de la Justicia. No puede haber paz, no hay paz, mientras no haya una verdadera, auténtica y fundamentada justicia a cualquier nivel. A nivel familiar, a nivel de organización, a nivel de ciudad, a nivel de país, y dentro del país, a nivel de relaciones entre gobiernos y pueblo, a nivel internacional, a nivel de las relaciones entre gobernantes de diversos países, tanto de un continente como del mundo entero. Si no se pone en práctica la justicia no podemos hablar de paz.

La Paz es un quehacer permanente.
La Paz no es pasividad ni conformismo.
La Paz es el resultado de un continuo esfuerzo.
La Paz implica lucha, capacidad inventiva, conquista permanente.
La Paz no se encuentra, se construye.
La Paz del cristiano es armonía con Dios.
La Paz es armonía en el pensamiento de Cristo. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)

El camino para lograr la Paz es la lucha por la justicia.

Con gran amor, con fuerte amor, con creciente amor a Dios y al prójimo, entreguémonos a la tarea de ser OBREROS DE LA PAZ DE CRISTO. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)

La Paz es un anhelo profundo del hombre. Cada uno de nosotros anhela vivir en Paz, la sociedad anhela vivir en paz. Los ecuatorianos anhelamos vivir en paz. Los hombres de América Latina anhelan vivir en paz. Los hombres del mundo entero anhelan vivir en paz. Es un anhelo, un anhelo profundo del corazón humano. Por lo mismo la paz debe constituirse en un objetivo, en un objetivo grande, en uno de los objetivos más nobles en el cual podamos entregar nuestra vida: “Trabajar por la Paz” es un anhelo, pero luego es una tarea. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)

La Paz es fruto de la Justicia. No puede haber paz, no hay paz, mientras no haya una verdadera, auténtica y fundamentada justicia a cualquier nivel. A nivel familiar, a nivel de organización, a nivel de ciudad, a nivel de país, y dentro del país, a nivel de relaciones entre gobiernos y pueblo, a nivel internacional, a nivel de las relaciones entre gobernantes de diversos países, tanto de un continente como del mundo entero. Si no se pone en práctica la justicia no podemos hablar de paz. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)

Y yo creo que Norteamérica es potencia con el sudor, con el hambre, con la muerte prematura de los pueblos del Tercer mundo, de los pueblos de América Latina, con el hambre y con la muerte de los pobres que también viven dentro del mismo país de Norteamérica. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)

Sin una justicia es imposible que haya la paz. Creo que es evidente cuando tenemos un panorama así por delante. Es evidente ese acierto “si no hay justicia en el mundo, no puede existir paz”. Y por eso mi llamamiento a que los jóvenes de hoy, que se preparan para el día de mañana, vayan comprometiéndose a un trabajo permanente por construir la paz, por luchar por la justicia. La justicia es uno de los grandes valores del Reino de Dios. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)
La paz está tremendamente perturbada a todo nivel. Tenemos que trabajar por restaurarla. Vuelvo a mi llamamiento. Que cada uno de ustedes dentro de su corazón, en su conciencia de joven, de ecuatoriano y de cristiano, vayan diciendo: “yo puedo contribuir mucho al nacimiento de una paz”. “Cada vez que se realice una acción, que restablezca la justicia, a cualquier nivel que sea, estoy contribuyendo la construcción de la paz”. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)

Queridos jóvenes, no se traicionen a ustedes mismos. En la edad que tienen es cuando se sueña en grandes cosas. Que la tentación del dinero no derrumbe jamás esos sueños de servicio a nuestra patria, al continente latinoamericano, sabiendo que así contribuimos también a la paz en el mundo entero. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)

…Y voy diciendo por todas partes que los jóvenes y los adultos debemos comprometernos seriamente para ser obreros, constructores de la Paz verdadera; y que la paz no se construye con buena voluntad solamente, no se construye con palabras. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)

La Paz se construye con la acción, con el trabajo, con el compromiso de fe que nos lleva inclusive a arriesgar mucho de nuestra vida, o nuestra vida misma, porque es muy dura la carrera de construir la paz, la paz social, la paz internacional, esa paz que tiene que ser el fruto de la justicia. Luchar por la justicia es el camino de lograr la paz. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)

…Mi invitación a que todos cuantos me están escuchando se conviertan en obreros de la paz, en luchadores en defensa de la justicia, en conquistadores, por lo mismo, de un futuro mejor. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)

Vuelvo a recomendarles reiteradamente, que pensemos bien que lo importante no es conquistar el Premio Nobel de la Paz, lo importante es conquistar la paz. Y para conquistar la paz, todos tenemos una llamada. Confiemos que esa llamada encuentre eco en nuestro corazón, y que desde nuestro corazón esa llamada mueva nuestros pies, nuestras manos, nuestra lengua es decir, nuestra acción para ir efectivamente realizando esa paz social que tanto necesitamos y que se fundamenta en el restablecimiento de la justicia. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)

Qué tiene que ver la pobreza evangélica con la Paz? Yo creo que allí está la clave de la paz en el mundo. Si es que llegamos a descubrir la pobreza evangélica, esta actitud de desprendimiento permanente de las riquezas, del orgullo, de la ambición, de esa ambición de poder, de mando, de dominación, y llegamos a convertirnos en hermanos de nuestros hermanos, en hermanos de los pobres, y convertirnos en cristianos que ayudan a otros hermanos, a otros cristianos, aquí está, digo yo y pienso yo, la clave de una auténtica paz en el mundo. (Mons. Proaño, pronunciado en Ibarra con motivo de la Postulación a Premio Nobel de la Paz 1.986)

… Lo que he visto en mi trabajo, no como fruto de mi trabajo, sino como fruto de la manera de ser del pueblo, es que los pobres son capaces de vivir fraternalmente, de ayudarse unos a otros, de desprenderse de lo poco que tienen para ir en socorro de otros pobres, y de construir así la justicia, el amor, la paz y la armonía. (Mons. Proaño, pronunciado en Ibarra con motivo de la Postulación a Premio Nobel de la Paz 1.986)

Por la paz, entonces, tenemos que luchar con premios o sin premios, con estímulos o sin estímulos de ninguna índole, solamente con el estímulo de que trabajamos por una causa noble….(Mons. Proaño, Conferencia La Paz, U. Estatal de Guayaquil, noviembre de 1.986)

…Todo hombre aspira, en el fondo de su corazón, a conquistar la paz, a vivir en paz, en una paz, repito, auténtica, verdadera. Esta tiene que ser la causa por la cual tenemos que luchar, por la cual tenemos que entregar todos los días de nuestra vida, todos nuestros afanes….(Mons. Proaño, Conferencia La Paz, U. Estatal de Guayaquil, noviembre de 1.986)

No puede haber paz verdadera auténtica cuando institucionalmente se siguen cometiendo injusticias graves, atropellos graves a la dignidad de la persona humana y, por eso es necesario buscar, luchar por la paz, una paz que esté basada en la justicia, en el respeto a los derechos fundamentales del hombre, a los derechos fundamentales de los pueblos, una paz que sea el fruto de la justicia. (Mons. Proaño, La Juventud y la Paz, Acto en el Colegio Luis Ulpiano de la Torre en Cotacachi, Noviembre de 1.986

…La paz es el fruto de dinamismo, de la acción, de la lucha para que haya justicia, para que los hombres tengan satisfechos sus derechos: su derecho a la vida, su derecho al trabajo, su derecho a la libertad, entonces hay paz. Cuando se conculcan estos derechos fundamentales del hombre, no puede haber paz. (Mons. Proaño, Acto en Piñas, octubre de 1.986)

…La paz no la vamos a lograr en poco tiempo, es grande el objetivo, es trascendental el objetivo. La paz solamente puede lograrse mediante una entrega día a día de una vida entera, de las vidas de los jóvenes de hoy para lograr más tarde una sociedad justa, una sociedad más igualitaria, una sociedad en la que haya libertad, respeto a la libertad de cada uno, una sociedad en la que nos ayudemos unos a otros, dentro de ese respeto a la libertad a ser más personas, a ser más generosos. (Mons. Proaño, U. Técnica de Machala, octubre de 1.986)

Tenemos que optar con conciencia clara por la acción liberadora no violenta en la lucha por la justicia, superar toda forma de discriminación y racismo para valorar las minorías étnicas y rescatar la cultura indígena como raíz y nervio de nuestra identidad nacional y como fuente inspiradora de una alternativa posible de sociedad nueva. (Mons. Proaño, Movimiento por la Paz , septiembre de 1.986)

…Tenemos los cristianos la capacidad, el poder de transformar este mundo, este mundo de tinieblas en un mundo de luz, este mundo de cadenas en un mundo de libertad, este mundo de injusticias en un mundo de justicia, este mundo de odios y de muerte en un mundo de amor, en un mundo de entrega de los unos hacia los otros, esa es la capacidad enorme que podemos conquistar si somos consecuentes con nuestra fe. (Mons. Proaño, La Juventud y la Paz, Acto en el Colegio Luis Ulpiano de la Torre en Cotacachi, Noviembre de 1.986.

Confiamos que estos pensamientos de Mons. Proaño sobre la paz,nos ayuden a la construcción de otro mundo posible;a la construcción del Reino que urge en nuestra tierra.

Selección realizada por la Fundación Pueblo Indio del Ecuador




CELEBRAR LA VIDA








NO TE ATES
Reflexión de Anthony de Mello

¿Qué hace falta para despertarse? No hace falta esfuerzo ni juventud ni discurrir mucho. Sólo hace falta una cosa, la capacidad de pensar algo nuevo, de ver algo nuevo, de ver algo nuevo y de descubrir lo desconocido.

Es la capacidad de movernos fuera de los esquemas que tenemos. Ser capaz de saltar sobre los esquemas ymirar con ojos nuevos la realidad que no cambia.El que piensa como marxista, no piensa; el que piensa como budista, no piensa; el que piensa comomusulmán, no piensa... y el que piensa como católico, tampoco piensa. Ellos son pensados por su ideología.

Tú eres un esclavo en tanto y en cuanto no puedes pensar por encima de tu ideología. Vives dormido y pensado por una idea. El profeta no se deja llevar por ninguna ideología, y por ello es tan mal recibido. Elprofeta es el pionero, que se atreve a elevarse por encima de los esquemas, abriendo camino.

La Buena Nueva fue rechazada porque no querían la liberación personal, sino un caudillo que los guiase.Tememos el riesgo de volar por nosotros mismos. Tenemos miedo a la libertad, a la soledad, y preferimos ser esclavos de unos esquemas. Nos atamos voluntariamente, llenándonos de pesadas cadenas, y luego nos quejamos de no ser libres. ¿Quién te tiene que liberar si ni tú mismo eres consciente de tus cadenas?

Las mujeres se atan a sus maridos, a sus hijos. Los maridos a sus mujeres, a sus negocios. Todos nos atamos a los deseos y nuestro argumento y justificación es el amor. ¿Qué amor? La realidad es que nos amamos a nosotros mismos, pero con un amor adulterado y raquítico que sólo abarca el yo, el ego. Ni siquiera somos capaces de amarnos a nosotros mismos en libertad. Entonces, ¿cómo vamos a saber amar a los demás, aunque sean nuestros esposos o nuestros hijos? Nos hemos acostumbrado a la cárcel de lo viejo y preferimos dormir para no descubrir la libertad que supone lo nuevo.

Lo peor y más peligroso del que duerme es creer que está despierto y confundir sus sueños con la realidad.


UN CANTO POR LA VIDA PARA LA VIDA MISMA:




El Estado laico y pluralista y las Iglesias -Leonardo Boff, 06-Noviembre-2010 
 -Aporte enviado por Elena Torres -


La descriminalización del aborto y la unión civil de homosexuales, temas suscitados en la campaña electoral, dan la oportunidad de hacer una reflexión sobre la laicidad del Estado brasilero, expresión de la madurez de nuestra democracia.

Laico es un Estado que no es confesional; lo son, como ocurre todavía en varios países, los que establecen una religión, la mayoritaria, como oficial. Laico es el Estado que no impone ninguna religión, pero las respeta todas, manteniéndose imparcial ante cada una de ellas. Esa imparcialidad no significa desconocer el valor espiritual y ético de una confesión religiosa. Pero por respeto a la conciencia, el Estado es garante del pluralismo religioso.
Debido a esta imparcialidad al Estado laico no le es permitido imponer, en materias controvertidas de ética, comportamientos derivados de dictámenes o dogmas de una religión, aunque sea dominante. Al entrar en el campo político y al asumir cargos en el aparato de Estado, no se pide a los ciudadanos religiosos que renuncien a sus convicciones religiosas. Lo único que se les exige es que no pretendan imponer su visión a todos los demás ni traducir en leyes generales sus propios puntos de vista particulares. La laicidad obliga a todos a ejercer la razón comunicativa, a superar los dogmatismos en favor de una convivencia pacífica, y a buscar puntos de convergencia comunes ante los conflictos. En este sentido, la laicidad es un principio de la organización jurídica y social del Estado moderno.

Subyacente a la laicidad hay una filosofía humanística, base de la democracia sin fin: el respeto incondicional al ser humano y el valor de la conciencia individual, independiente de sus condicionamientos. Se trata de una creencia, no en Dios, como en las religiones, que mejor podríamos llamar fe, sino de una creencia en el ser humano en sí mismo, como valor. Esta creencia se expresa mediante el reconocimiento del pluralismo y la convivencia entre todos.

No será fácil. Quien está convencido de la verdad de su posición, estará tentado a divulgarla y ganar adeptos para ella. Pero le está vedado usar medios masivos para hacerla valer a los otros. Esto sería proselitismo y fundamentalismo.

Laicidad no se confunde con laicismo. Este configura una actitud que busca erradicar las religiones de la sociedad, como ocurrió con el socialismo de versión soviética, por cualquier motivo que se aduzca, para dar espacio solamente a valores seculares y racionales. Este comportamiento es opuesto al religioso y no respeta a las personas religiosas.

Sectores de la Iglesia hacen daño a la laicidad cuando, como ocurrió entre nosotros, aconsejaron a sus miembros no votar a cierta candidata por apoyar la descriminalización del aborto por razones de salud pública o aceptar las uniones civiles de homosexuales. Esta actitud es inaceptable dentro de un régimen laico y democrático, que asegura la convivencia legítima de las diferencias.

La acción política tiene como objetivo la realización del bien común concretamente posible dentro de los límites de una determinada situación y de un cierto estado de conciencia colectivo. Puede ocurrir que, debido a muchas polémicas, no se consiga alcanzar el mejor bien común concretamente posible. En este caso es razonable, también para las Iglesias, acoger un bien menor o tolerar un mal menor para evitar un mal mayor.

La laicidad eleva a todos los ciudadanos religiosos a un mismo nivel de dignidad. Esta igualdad no invalida los particularismos propios de cada religión, solo exige de ella el reconocimiento de esta misma igualdad a las otras religiones.

Pero no hay solo la laicidad jurídica. Hay también una laicidad cultural y política que, entre nosotros, generalmente no es respetada. La mayoría de las sociedades actuales laicas están hegemonizadas por la cultura del capital. En ésta prevalecen valores materiales cuestionables como el individualismo, la exaltación de la propiedad privada, la laxitud de las costumbres y la magnificación del erotismo. Se utilizan los medios de comunicación de masas, en su mayor parte propiedad privada de algunas familias poderosas, que imponen su visión de las cosas.
Tal práctica atenta contra el estatuto laico de la sociedad. Esta debe mantener distancia y someter a crítica los «nuevos dioses». Estos son ídolos de una «religión laica» montada sobre el culto al progreso ilimitado, la tecnificación de toda vida y el hedonismo, sabiéndose que este culto es política y ecológicamente falso porque implica la explotación continuada de la naturaleza ya degradada y la exclusión social de mucha gente.

Incluso así, no se invalida la laicidad como valor social.

 ¿QUÉ SUCEDE EN EL MUNDO PARA LA RENOVACIÓN DE LA IGLESIA CATÓLICA?
ELEMENTOS PARA EL DEBATE EN LA DIMENSIÓN ECLESIAL

 

La Asociación de Teólogos Juan XXIII y 150 colectivos cristianos manifiestan su alarma por la deriva preconciliar de Benedicto XVI

  Han comenzado a sonar la decepción y las alarmas. Nuevos documentos de Roma nos hacen sacudir la cabeza y dejarnos entre asombrados y decepcionados". Con esta severidad se expresa el manifiesto firmado ayer por la junta directiva de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, la Comisión Teológica Latinoamericana de la Asociación Ecuménica de Teólogos del Tercer Mundo (ASETT), y por Redes Cristianas, que reune a 150 colectivos en España con cientos de miles de seguidores. El manifiesto, de 1.020 palabras, se titula Claves de la restauración en la Iglesia católica.

La tesis de los pensadores católicos es que el papa Benedicto XVI, que lleva en el cargo algo más de dos años, está liquidando las reformas del Concilio Vaticano II (1962-1965). Se pregunta el manifiesto: "¿Habremos de habituarnos a lo nunca imaginado cuando la celebración del Vaticano II?" Respuesta: "Hay cosas que imprimen carácter. Una de ellas es el hecho de que, el hoy papa Benedicto XVI, fue durante 23 años el timonel doctrinal de Juan Pablo II. A quien sea consciente de esto, no le puede extrañar que el Papa actual haya firmado un Motu Proprio que autoriza la vuelta a la misa en latín sin tener que pedir permiso, y un documento en torno a Ciertos aspectos de la doctrina de la Iglesia, que claramente dificulta el diálogo ecuménico".

El manifiesto retoma, para subrayar sus argumentos, estas palabras del cardenal Ratzinger, recogidas en una entrevista que le hizo Vitorio Messori en 1985 con el título Informe sobre la Fe. Dijo entonces el todopoderoso cardenal Ratzinger, que dirigió durante décadas con mano de hierro la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio de la Inquisición): "Resulta incontestable que los últimos veinte años han sido desfavorables para la Iglesia católica. Sus resultados parecen oponerse cruelmente a las esperanzas de todos. Hay que afirmar sin ambages que una reforma real de la Iglesia presupone un decidido abandono de aquellos caminos equivocados que han conducido a consecuencias indiscutiblemente negativas"

El manifiesto recuerda que el futuro Papa se mostraba ya entonces seguro de los causantes de lo que ahora llama "jabalíes devastando la viña católica". Dijo en 1985: "Estoy convencido de que los males que hemos experimentado se deben al hecho de haberse desatado en el interior de la Iglesia ocultas fuerzas, agresivas, centrífugas, irresponsables o simplemente ingenuas".

Estas palabras dan la clave para entender lo que hoy está pasando en la cúpula de la Iglesia, según el manifiesto. Los " puntos fundamentales" son que el cardenal Ratzinger, cuando niega la experiencia positiva posconciliar de toda la Iglesia, "se apropia del Concilio y se constituye en su único intérprete"; que el Papa "declara desfavorable, negativa y equivocada toda la aplicación posconciliar"; que considera "un desastre los frutos del Concilio y, lógicamente, pone bajo sospecha el mismo Concilio, impulsado y apoyado por los papas Juan XXIII, Pablo VI y el episcopado universal"; y, en cuarto lugar, que Benedicto XVI "está convencido de que tales frutos no se deben al verdadero Concilio, lo cual equivale a decir que el Concilio fue una equivocación y una cosa que no debió producirse".

A estas devastadoras palabras del Papa opone el manifiesto de los teólogos y de las redes cristianas esta solemne y conocida afirmación del Sínodo Extraordinario romano. "El Vaticano II ha sido una gracia de Dios y un don del Espíritu Santo, del que se han derivado muchísimos frutos espirituales para la Iglesia universal y las Iglesias particulares, así como también para los hombres de nuestra época".

"¿Cómo el cardenal Ratzinger, en solitario, puede opinar así en contra del sentir universal de la Iglesia?", se pregunta el manifiesto publicado ayer, antes de subrayar "la inconsistencia del análisis" del papa Ratzinger.

El Vaticano II fue un concilio de conflicto entre una minoría conservadora y una gran mayoría renovadora. "Lo que esa minoría perdió entonces lo fue ganando posteriormente, contando con la aportación del entonces definidor de la fe, y hoy Papa, que parecía saber cuál era el Concilio verdadero y cuál el falsificado", opina el manifiesto.

"El problema no está en el Concilio, que permanece intocable, sino en la resistencia que una minoría le opuso tenazmente y que el prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe respaldó con su presencia e influjo en el pontificado de Juan Pablo II, confiriéndole autoridad y aires de oficialidad", señalan los teólogos.

Añaden: "El Papa sabe muy bien que en el Concilio se dirimieron cuestiones muy graves, relacionadas con nuevas maneras de entender temas como la naturaleza de la Iglesia, su relación con el mundo, la libertad religiosa, el ecumenismo, etc. Cuestiones que implicaban un necesario y radical cambio histórico. Afirmar que el Concilio fue apenas pastoral, que no trató de definir ningún dogma y que, por lo mismo, fue irrelevante, equivale a desactivar el Concilio o a una forma de pretender hacerlo. Los conflictos del aula conciliar son los que están emergiendo".

¿Hacia dónde va la Iglesia de Benedicto XVI? El manifiesto ve la respuesta en los documentos que emite Ratzinger desde su autoridad pontifical. La Iglesia católica, sostiene el manifiesto, va "al preconcilio, a dar trato de favor a los neoconservadores, a poner en entredicho el diálogo ecuménico, a situarse de espaldas a la legítima autonomía de la cultura y de las ciencias, a posponer, frente a problemas internos que exigen y han recibido ya nuevos replanteamientos, las grandes causas de la humanidad que, por ser primeras y prioritarias, deben unirnos a todos".

"Con estas actitudes crece en muchos de nosotros la desafección hacia la Iglesia jerárquica y comprendemos mejor la tendencia de otros muchos a considerarse cada vez más cristianos sin iglesia", concluye los firmantes.
FUENTE:WEB ISLAM
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  Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII.
promovida hace tres décadas por Casiano Floristán, Enrique Miret Magdalena o José María Díez-Alegría, agrupa a medio centenar de conocidos pensadores cristianos, algunos en conflicto con las autoridades doctrinales de la Iglesia romana. Ahora, forman su junta directiva Federico Pastor (presidente); Juan José Tamayo (secretario general); Alfredo Tamayo Ayestarán (vicepresidente); José María Castillo y Máximo García (vocales).

Estas son algunas de sus propuestas, ofrecidas, dicen, "con espíritu constructivo y encaminadas a la transformación evangélica de la Iglesia católica":
Activar el Vaticano II. "Consideramos necesario activar y desarrollar el programa de reforma del concilio Vaticano II, que no se ha puesto debidamente en práctica y que durante el actual pontificado no sólo se ha paralizado, sino que ha ido en dirección contraria, bien sea volviendo a etapas anteriores al mismo, bien interpretándolo de forma conservadora".
Monarquía absoluta. "Creemos que la actual organización de la Iglesia católica es obsoleta y responde más a una monarquía absoluta que al movimiento de Jesús, comunidad de iguales. Nos parece urgente iniciar un proceso de democratización de la Iglesia, con la participación activa de todos los creyentes católicos en la elección de los cargos de responsabilidad dentro de la misma Iglesia. Es importante recordar que, desde los orígenes del cristianismo y durante varios siglos, la Iglesia estuvo organizada y gobernada con la participación del pueblo".
Con los pobres. "Los cristianos y las cristianas, así como todos los dirigentes de la Iglesia, deben ubicarse en el mundo de la marginación y de la exclusión social y optar decididamente por los pobres, actitud que lleva consigo la lucha por la justicia como criterio evangélico por excelencia".
Libertad teológica. "Consideramos de imperiosa necesidad la defensa y el fomento de la libertad de expresión, de investigación y de publicación de los teólogos y la eliminación de la censura eclesiástica, que coarta la libertad de los profesionales de la teología y limita la creatividad".
Derecho de reunión. "Reclamamos que se reconozca la libertad y el derecho de reunión de las comunidades y grupos cristianos, cualquiera que sea su orientación ideológica, y a todos por igual, sin privilegios para algunos, los más afines a la jerarquía, en detrimento de la exclusión de otros".
Pluralismo político. "Pedimos que no se identifique el cristianismo con los programas políticos y las organizaciones religiosas conservadoras, como con frecuencia sucede por parte de la jerarquía, y que se respete el pluralismo político y religioso en la sociedad y en la Iglesia".
Contra las sanciones. "Exigimos que se levanten las sanciones impuestas a los teólogos y teólogas, obispos y sacerdotes motivadas por el ejercicio de la libertad de expresión y por su compromiso con los pobres".
Petición de perdón. "Como demostración del cambio de actitud de la Iglesia católica, consideramos necesaria la petición pública de perdón del Papa por el encubrimiento y complicidad del Vaticano, así como de no pocos episcopados, en los casos de abusos sexuales en los que están implicados obispos, sacerdotes y religiosos".
Contra el silencio. "Pedimos que se derogen de manera inmediata cuantos decretos del Papa y de la curia romana han impuesto silencio durante décadas en los casos de abusos sexuales a menores y han impedido poner dichos casos en manos de la justicia".
Pontificado agotado. "Nos parece que el pontificado de Benedicto XVI está agotado y que el Papa no tiene la edad ni la mentalidad para responder adecuadamente a los graves y urgentes problemas que hoy tiene que afrontar la Iglesia católica. Pedimos por ello, con el debido respeto a la persona del Papa, que presente la dimisión de su cargo".
Mujeres sacerdotes. "Creemos necesario que se facilite el acceso de las mujeres al sacerdocio ordenado en sus diferentes grados, como sucede en la mayoría de las iglesias cristianas, para terminar por fin con siglos de injusta e injustificada discriminación de las mujeres en la Iglesia católica".
Supresión del celibato. "Nos parece igualmente necesaria la supresión del celibato obligatorio para los sacerdotes, medida disciplinar represiva de la sexualidad, que carece de todo fundamento bíblico, teológico e histórico y que no responde a exigencia pastoral alguna".
Por último, los teólogos recuerdan a la jerarquía del catolicismo "que el criterio determinante de conducta, en la Iglesia de Jesucristo, no es la obediencia incondicional al Papa, sino la fidelidad al Evangelio". "En nombre de dicha fidelidad y en actitud de diálogo -señalan-, presentamos estas propuestas".

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CLAVES DE LA RESTAURACIÓN EN LA IGLESIA CATÓLICA 23-Julio-2007    Atrio


    Esta mañana nos ha llegado de la coordinadora de Redes Cristianas el texto de este documento, de cuya existencia teníamos noticia sólo indirectamente a partir del sábado. Se nos comunica que fue la operatividad la que hizo correr el riesgo de que el documento apareciera precipitadamente y sin previa consulta. Seguimos pensando que en temas graves es mejor caminar lento pero seguro.
——— Han comenzado a sonar la decepción y las alarmas. Nuevos documentos de Roma nos hacen sacudir la cabeza y dejarnos entre asombrados y decepcionados. ¿Habremos de habituarnos a lo imposible, a lo nunca imaginado cuando la celebración del Vaticano II? Hay cosas que imprimen carácter. Y una de ellas es el hecho de que, el hoy papa Benedicto XVI, fue durante 23 años el timonel doctrinal de Juan Pablo II. A quien sea consciente de esto, no le puede extrañar que el Papa actual haya firmado un Motu Proprio que autoriza la vuelta a la misa en latín sin tener que pedir permiso, y un Documento en torno a ciertos aspectos de la doctrina de la Iglesia, que dificulta claramente el diálogo ecuménico. No le puede extrañar si lee estas palabras del cardenal Ratzinger, recogidas en una entrevista que le hizo Vittorio Messori y publicadas en 1985 con el título Informe sobre la Fe: “Resulta incontestable que los últimos veinte años han sido decisivamente desfavorables para la Iglesia católica…y sus resultados parecen oponerse cruelmente a las esperanzas de todos”. “Hay que afirmar sin ambages que una reforma real de la Iglesia presupone un decidido abandono de aquellos caminos equivocados que han conducido a consecuencias indiscutiblemente negativas” (Pgs. 35-36). “Estoy convencido de que los males que hemos experimentado en estos veinte años se deben al hecho de haberse desatado en el interior de la Iglesia ocultas fuerzas, agresivas, centrífugas, irresponsables o simplemente ingenuas” (pgs. 36-37).
Estas palabras hablan por sí mismas y nos dan la clave para entender lo que hoy está pasando en la cúpula de la Iglesia.
He aquí unos puntos fundamentales:
  • 1. El cardenal Ratzinger, negando la experiencia positiva posconciliar de toda la Iglesia, se apropia del Concilio y se constituye en su único intérprete.
  • 2. Declara desfavorable, negativa y equivocada toda la aplicación posconciliar hecha por la Iglesia.
  • 3. Considera un desastre los frutos del Concilio y, lógicamente, pone bajo sospecha el mismo Concilio, impulsado y apoyado por los papas Juan XXIII y Pablo VI y por el episcopado universal.
  • 4. Está convencido de que tales frutos no se deben al “verdadero” Concilio, lo cual equivale implícitamente a considerar que el Concilio fue un hecho desfavorable, una equivocación y una cosa que no debió producirse, es decir, el cardenal rechaza que fuera necesario un cambio histórico en la Iglesia y que lo fuera en realidad, deja entrever que el Concilio no aportó nada nuevo y que se apartó de la tradición multisecular de la Iglesia.
Tiempo han tenido y tendrán los teólogos de mostrar la inconsistencia del análisis que el cardenal Ratzinger hace en estos documentos, pero desde siempre ha estado claro que, como escribió el Sínodo Extraordinario, “el Vaticano II ha sido una gracia de Dios y un don del Espíritu Santo, del que se han derivado muchísimos frutos espirituales para la Iglesia universal y las Iglesias particulares, así como también para los hombres de nuestra época”. ¿Cómo el cardenal Ratzinger, en solitario, puede opinar así en contra del sentir universal de la Iglesia?
No se debe escamotear lo que fue un hecho irrebatible: el Concilio vivió un conflicto entre una minoría conservadora y una gran mayoría renovadora. Lo que esa minoría perdió entonces lo fue ganando posteriormente, contando con la aportación del entonces definidor de la fe, y hoy Papa, que parecía saber cuál era el Concilio verdadero y cuál el falsificado, podía afirmar que el tiempo de la aplicación del verdadero Concilio no había llegado, que había que hacer tabla rasa de todo y comenzar de nuevo.
Por lo mismo, el problema no está en el Concilio, que permanece intocable, sino en la resistencia que una minoría le opuso tenazmente y que el Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe respaldó con su presencia e influjo en el pontificado de Juan Pablo II, confiriéndole autoridad y aires de oficialidad.
El papa sabe muy bien que en el Concilio se dirimieron cuestiones muy graves, relacionadas con nuevas maneras de entender temas como la naturaleza de la Iglesia, su relación con el mundo, la libertad religiosa, el ecumenismo, etc. Cuestiones que implicaban un necesario y radical cambio histórico. Afirmar que el Concilio fue apenas pastoral, que no trató de definir ningún dogma y que, por lo mismo, fue irrelevante, equivale a desactivar el Concilio o a una forma de pretender hacerlo. Y los conflictos del aula conciliar son los que están emergiendo, con la diferencia de que al apoyo dado por el antiguo Prefecto se lo da ahora el Papa Benedicto XVI.
¿Hacia dónde va la Iglesia de Benedicto XVI? Los citados documentos nos lo dicen meridianamente al preconcilio, a dar trato de favor a los neoconservadores, a poner en entredicho el diálogo ecuménico, a situarse de espaldas a la legítima autonomía de la cultura y de las ciencias, a posponer, frente a problemas internos que exigen y han recibido ya nuevos replanteamientos, las grandes causas de la humanidad que, por ser primeras y prioritarias, deben unirnos a todos.
Los preconciliares no han abandonado el modelo de una Iglesia absolutista, no democrática, con un poder clerical escalonado pero total y omnipresente en la sociedad, acostumbrada a detentar el monopolio cultural, religioso y moral, por encima del poder civil y político. Ese modelo dogmático y arrogante, de una Iglesia no servidora y anunciante de un Reino de hermanos y hermanas, en igualdad, libertad y amor, es el que dicta el regreso al pasado y el miedo a una auténtica inserción en el presente. Esta Iglesia se aleja cada vez más de la tierra, de los problemas de los hombres y mujeres, y se endurece hacia dentro y hacia fuera como si ese fuera el camino para marchar en la dirección de Jesús.
Con estas actitudes va creciendo en muchos de nosotros la desafección hacia la Iglesia y la tendencia de muchos a considerarse “cristianos sin Iglesia”.
    Junta Directiva de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII,
    Comisión Teológica Latinoamericana de la ASETT (Asociación Ecuménica de Teólogos del tercer Mundo), y
    Redes Cristianas (que integran 150 colectivos cristianos de España).
FUENTE:http://2006.atrio.org/?p=837

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XXXI CONGRESO DE TEOLOGIA-Martes 7 de junio de 2011

"LOS FUNDAMENTALISMOS"
Del 8 al 11 de septiembre hemos celebrado el XXXI Congreso de Teología con la participación de setecientas personas de diferentes continentes y múltiples identidades culturales, religiosas y étnicas para reflexionar sobre el fenómeno de los fundamentalismos, sus principales manifestaciones, causas y consecuencias en los distintos escenarios geoculturales: Asia, África, América Latina y Europa.

1. Los fundamentalismos son la manifestación más elocuente de la incapacidad de los seres humanos para vivir en armonía en medio de la diversidad y convierten las discrepancias en barreras de incomunicación. Alimentan la intolerancia, son enemigos de la diversidad y pueden manifestarse bajo cualquier ideología.

2. El fenómeno fundamentalista, cada vez más extendido, se apropia de todas las parcelas de la existencia humana: personal y social, religiosa y cultural, política y económica. Esto puede comprobarse en el avance de los partidos xenófobos e islamófobos, en el fanatismo de líderes religiosos que queman libros sagrados y en los atentados terroristas cometidos en nombre de Dios. Coincidiendo con el X Aniversario del 11-S, queremos tener un recuerdo especial para los atentados de ese día en los Estados Unidos, sin olvidar los del 11 de marzo en Madrid, del 7 de julio en Londres, del 21 de julio en Oslo y otros, así como las invasiones violentas de países y las agresiones contra su población civil por parte de las potencias imperiales.

3. Hemos prestado atención especial a los fundamentalismos religiosos, cuyas características más importantes son: la absolutización de la tradición, la búsqueda de un fundamento inamovible en un mundo cambiante; la pretendida comprensión literalista de los textos sagrados fuera del marco cultural e histórico en que fueron escritos; el olvido de la ineludible crítica; la pretensión de verdad absoluta en un mundo caracterizado por la complejidad y la incertidumbre; la dependencia de una autoridad indiscutible frente a la inseguridad creciente; la defensa de una moral inmutable en una sociedad en permanente transformación; la fe en un Dios conocido, que legitima las propias convicciones y opciones; la sacralización de lo profano; la dogmatización de lo opinable y la negativa al diálogo.
4. En la Iglesia católica el fundamentalismo suele canalizarse través de los movimientos neoconservadores, empeñados en llevar a cabo la restauración eclesiástica hasta el extremo, y de no pocas actuaciones intolerantes de la jerarquía que minimizan, e incluso niegan, aspectos fundamentales del concilio Vaticano II y condenan el trabajo de los teólogos, las teólogas y los movimientos renovadores.

5. Algunas de estas actitudes hemos podido comprobarlas en la reciente Jornada Mundial de la Juventud, que ha ofrecido una imagen autoritaria y patriarcal de la Iglesia, ajena a los problemas reales de los jóvenes, y ha fomentado la exaltación del pontífice, hasta caer en la papolatría, una de las más nítidas expresiones del fundamentalismo. Y todo ello con el apoyo y la legitimación de las diferentes instituciones municipales, autonómicas, militares y empresariales.

6. Objeto de riguroso análisis crítico por parte de las teólogas feministas de las diferentes tradiciones religiosas ha sido el fundamentalismo patriarcal, que fomenta la desigualdad, mantiene los roles de género y se traduce en el control absoluto del orden social por los varones, que imponen la sumisión de las mujeres, recurren a la violencia y llegan al extremo del feminicidio.

7. Los fundamentalismos se extienden por los diferentes sectores sociales e instalados en las cúpulas de la mayoría de las religiones, de la política, de la economía e incluso de los Estados, que toman sus decisiones autoritariamente sin la consulta a la ciudadanía y sin fomentar la democracia participativa. Nosotros mismos, por muy lejos que creamos estar de actitudes fundamentalistas, no estamos libres de incurrir en ellas. Po eso es necesario estar vigilantes y tener una actitud siempre autocrítica.

8. Creemos que el mejor antídoto contra los fundamentalismos son: la renuncia a la posesión absoluta de la verdad y su búsqueda colectiva, el respeto al pluralismo, la convivencia frente a la coexistencia, el derecho a la diferencia, la interculturalidad y el diálogo interreligioso orientados al trabajo por la paz y la justicia, la solidaridad con los excluidos, la defensa de la naturaleza y la igualdad entre hombres y mujeres. Las religiones poseen en sus propias fuentes ejemplos luminosos y resortes para superar los fundamentalismos, cuales son: la dignidad de las personas, el tejido comunitario, la aceptación de los otros, el perdón, la misericordia, la opción los pobres y marginados y la hospitalidad.
Madrid, 11 de septiembre de 2011